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  • “Es de varón” pedir ayuda

    En nuestro país mueren cada día al menos 10 personas a causa de suicidio. En promedio, 2 mujeres y 8 varones. Como en casi todos los países del mundo, aquí el suicidio es un problema predominantemente masculino. ¿Por qué? Hay muchas teorías al respecto, pero el hecho de que existan excepciones, países donde el suicidio masculino no es mayoritario o al menos no en una proporción de 4 a 1, pareciera indicar que hay un factor cultural. Otro hecho que parece contradictorio, aunque en realidad refuerza esta idea, es que las mujeres piden ayuda frente a sus pensamientos suicidas en una proporción mucho mayor que los varones. Lo vemos en las consultas psicológicas, en las líneas de asistencia para personas en crisis o con pensamientos suicidas y en los grupos de ayuda mutua para personas afectadas por el drama del suicidio. La proporción es aproximadamente 4 a 1 pero esta vez mayoritariamente a favor de las mujeres. ¿Cómo es esto? ¿Las mujeres tienen más pensamientos suicidas y los varones mueren en mayor proporción a causa de suicidio? Evidentemente no: Las mujeres están más abiertas a pedir ayuda cuando se enfrentan a pensamientos suicidas y, tal vez por eso, llegan en menor proporción al suicidio. La pregunta que sigue es por qué los varones somos reticentes a pedir ayuda. Quienes somos varones y recibimos una educación tradicional lo sabemos, las madres y padres de esos varones también lo saben: La diferencia está en la forma en que fuimos educados. Dicen que para los pueblos primitivos el peor castigo no era la muerte sino el destierro. Los muertos son recordados y venerados, los desterrados se olvidan, no se habla de ellos, no reciben la mirada de sus compatriotas, no pertenecen. Somos animales gregarios, necesitamos pertenecer para sentirnos vivos, por eso tememos tanto al destierro. Cuando yo era chico el destierro estaba representado por el peor de los calificativos que un varón podía recibir: “Mariquita”. El señalamiento como “Mariquita” era como un decreto de exclusión, como una sentencia que decía “no sos de los nuestros”, no pertenecés al grupo de los varones. Era el infierno más temido, y por eso nos cuidábamos de no hacer nada que no fuera "de varón”. En especial nos cuidábamos de no pedir ayuda nunca, bajo ninguna circunstancia, porque “un varón se arregla solo”. Mucho antes de esto, antes de que tuviera edad suficiente para ir a la escuela, mis padres me enseñaron con firmeza y crueldad que era eso de “ser varón”. Si lloraba, en vez de consolarme se enojaban y me decían: “los hombres no lloran”, y si me quejaba por cualquier cosa me recordaban “no sos una nena”. A los hombres se nos acusa hoy en día de promover una cultura machista, sin embargo yo recuerdo más a mi madre que a mi padre enseñándome cómo ser “un hombre de verdad”: Supongo que a mis compañeros de primaria les pasó otro tanto, porque para cuando fuimos escolarizados ya compartíamos los mismos códigos: “Los hombres de verdad no muestran emociones, no se quejan y nunca piden ayuda”. Como dije, no creo que seamos los varones los únicos responsables de la reproducción de estas pautas culturales, tampoco creo que sean las mujeres las únicas víctimas: En nuestro país, 300 mujeres mueren cada año a causa de la violencia machista, y más de 2.500 varones a causa de suicidio al menos en parte porque la cultura machista nos enseño a no pedir ayuda. Todos somos responsables y todos somos víctimas. La cultura machista que cosifica a la mujer, y que impide a los hombres mostrarse vulnerables, con sus falencias y debilidades, viene perjudicando a ambos géneros. Por eso tenemos que deconstruirnos y, fundamentalmente, no reproducir las pautas culturales machistas que tanto daño nos han hecho. Tanto hombres como mujeres deberíamos redescubrir nuestros aspectos más humanos y, entre ellos, la característica que más nos identifica como especie, nuestra capacidad para pedir ayuda. Una sociedad donde todos aprendamos a mostrar nuestras emociones, a hablar de lo que nos pasa y a pedir ayuda será, sin duda, una sociedad más segura frente al riesgo de suicidio para nosotros y para nuestros seres queridos. Por eso, quienes tenemos hijos o menores a cargo y nos preocupamos por ellos, también deberíamos enseñarles a pedir ayuda, tanto a niños como a niñas. Ver también: Prevención Comunitaria del Suicidio Dejanos tu Testimonio en relación al Suicidio Escucha Activa en temas relacionados con el Suicidio

  • Hablemos de Suicidio cumple su primer año de vida

    Sabemos que existen muchas asociaciones para la prevención del suicidio en el país. Algunas son asociaciones de profesionales comprometidos con la temática, asociaciones de voluntarios que donan su tiempo para ayudar a personas en crisis o con pensamientos suicidas o asociaciones de personas que se formaron en prevención comunitaria del suicidio y generosamente comparten sus saberes en charlas abiertas. Sin embargo, no había, hasta dónde nosotros sabemos, una asociación dónde los afectados por este drama pudieran ayudarse mutuamente, es decir buscar ayuda y a su vez ayudar a sus pares. Esa fue la idea fundacional de Hablemos de Suicidio ONG y, sinceramente, no estábamos seguros de que fuera a funcionar. Nos decían que las personas afectadas por el drama del suicidio están demasiado dolidas, demasiado golpeadas como para poder ayudar a otro. Que los que padecemos o padecimos pensamientos suicidas, los que tuvimos o tenemos que lidiar con las ideas suicidas de un familiar o amigo, o los que transitamos un duelo por la muerte de un ser querido a causa de suicidio ya tenemos bastante con lo que nos pasa o nos pasó cómo para, además, ocuparnos del otro. Sin embargo, muchos de nosotros, por haber realizado tareas de ayuda voluntaria en otras asociaciones, sabíamos que ayudar hace bien, que el dolor compartido duele menos y que el camino de la recuperación siempre es junto al otro. Por eso, no sin dudas, nos embarcamos en la aventura de promover grupos de ayuda mutua para personas afectadas por el drama del suicidio. Tuvimos que aprender casi desde cero, hacer algo que nunca habíamos hecho: Ayudarnos y ayudar desde la escucha activa grupal, una escucha compartida y recíproca. En nuestro país, continuamente se van creando nuevos grupos y asociaciones para la prevención del suicidio. La mayoría de estos proyectos no pasan del año de vida, son muy pocos los que llegan a registrarse legalmente. Por eso, para nosotros, cumplir un año desde la firma de nuestra acta constitutiva realizando permanentemente acciones comunitarias es una señal de que esta idea que parecía alocada está funcionando. Sin embargo, la señal más clara para indicarnos que estamos en el camino correcto es el testimonio de los/as voluntarios/as y participantes que nos cuentan cómo el trabajo grupal ayudó en su propio proceso de recuperación. Esos testimonios nos llenan de orgullo y, por ese motivo, el 25 de Octubre a las 21 hs, en vísperas de nuestro primer cumpleaños oficial, vamos a dar una charla abierta a la comunidad sobre el tema: "Qué significa ser voluntario/a en Hablemos de Suicidio ONG y cómo la tarea del voluntariado y la experiencia grupal cambió nuestras vidas para mejor". ¡Los esperamos! Mas información en: https://www.hablemosdesuicidio.ar/charlas-abiertas-a-la-comunidad Ver también: Nosotros Nuestros comienzos Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio ​

  • Carencias, fantasías y suicidio

    Nací y crecí en un barrio pobre y en una familia muy pobre y conflictiva. Entre mis recuerdos de la infancia aparece mi mamá, siempre sentada frente a una máquina de coser y casi no aparece mi padre. Tal vez, como dice mamá, porque nunca estaba en casa. Sí recuerdo el arma que siempre dejaba sobre la mesa de luz. Mi padre era policía en esa época, y aunque su arma estaba a mi alcance, de algún modo me enseñó muy bien que no debía tocarla. Aún siento repulsión por las armas de fuego. También recuerdo las discusiones con mi mamá, siempre por los mismos temas, celos y dinero. Esta etapa terminó cuando yo tenía cinco años. Mi mamá resumió muy bien lo que pasó: “papá nos abandonó, así que vamos a tener que arreglarnos solos”. No supe más de mi papá hasta mis 19 años. Se contactó conmigo y dijo que quería verme. Ya no era policía, vino al barrio con un auto lujoso y me llevó a un café más lujoso aún. Pensé que se iba a disculpar por tantos años de ausencia y hasta había pensado en aceptar sus disculpas porque ya estaba cansado de no tener padre, pero no fue eso lo que pasó. Mientras miraba mi taza de porcelana con las zapatillas rotas me dijo: “Me preocupa tu futuro, qué pensás hacer de tu vida?”. Todo un rosario de recriminaciones pasó por mi mente, pero realmente quería hacer las paces. “Quiero ser contador”, le respondí, “ya me anoté para el CBC en la UBA”. “Nada de eso”, replicó, “yo puedo pagarte una universidad privada”. Pensé en rechazar su oferta por orgullo pero también sentía que era algo que él me debía. Así que me anoté en una universidad muy cara. En la facultad me fue bien, aunque no hice muchos amigos, siempre me sentí como sapo de otro pozo. Con mi padre me seguí viendo, aunque no muy seguido, conocí a su esposa, que al lado de mi mamá parecía una modelo de la televisión y a mis hermanas, a las que yo les decía princesas, un poco porque siempre estaban bien vestidas y otro poco porque no conocían el mundo real, no sabían lo que era ir a entregar un pedido solo por la propina y volver sin nada, ellas tenían todo a su disposición. También me mostraron fotos de sus viajes alrededor del mundo. Mi padre justificaba esos gastos diciendo que por su profesión tenía que conocer lo que vendía. De hecho era dueño de una agencia de viajes importante. A los dos años me pidió que trabajara en la agencia de viajes para pagar mis estudios. No me gustó que me lo plantee así pero realmente yo quería conocer el negocio familiar y pensé que además podría ser una experiencia útil como contador. Nada de eso sucedió, me pusieron a hacer tareas administrativas menores. De las cuentas se ocupaba un tal Pedro, un señor bajito con anteojos y cara de enojo que cuando llegaba mi papá se encerraba con él en la oficina. Yo no llegaba a entender el motivo de sus discusiones pero era evidente que discutían. Tampoco entendía por qué mi papá no lo echaba y ponía en su lugar a alguien que entendiera su visión para los negocios. De todos modos, la agencia iba viento en popa. Cada vez vendíamos más viajes y cada vez mi padre gastaba más dinero. Hasta me invitó a uno de sus “viajes profesionales” por Europa del Este. Al volver también conocí a mi tío Edgardo y a su novia que habían contratado un viaje al Lejano Oriente para su luna de miel. De a poco fui olvidando los resentimientos con mi padre, era una persona cautivadora que contagiaba optimismo, alegría y seguridad. Por eso a todos nos sorprendió cuando lo encontramos muerto en el baño de la oficina. Se había suicidado, no cabía duda. Sus antiguos compañeros de armas le ofrendaron un velatorio digno de la imagen que había sabido construir en vida. Pero no todo estaba en orden. La viuda y las princesas tenían cara más de enojo que de tristeza, escuché a mi tío Edgardo decir que lo de su viaje era lo de menos y, lo más inesperado, Pedro se acercó y me dijo: “Pibe, buscate un laburo y andate lejos, este castillo de naipes se va a caer y no quiero que te aplaste”. Pese al consejo de Pedro y a que la agencia estaba cerrada por duelo, el lunes fui a trabajar como siempre. Frente al edificio había una multitud de gente enfurecida exigiendo la devolución de su dinero. En un momento entendí todo. El increíble crecimiento de la agencia fue una gran estafa a miles de clientes. Toda la vida de mi padre fue una estafa en la que todos caímos subyugados por sus encantos. Sentí ganas de sumarme a la protesta con una pancarta que dijera “A mí también me estafó”. Pensé que si mi padre no estuviera muerto, yo y muchos más tendríamos ganas de matarlo, me sentí tan estúpido, me reproché no haberle recriminado nunca el abandono, más me reproché haber aceptado sus dádivas y sumarme a su circo. La había hecho bien: cuando el colapso fue inevitable se mató. No le importó su esposa a la que tanto decía amar, no le importaron las princesas mimadas ahora huérfanas y sin dinero para pagar su escuela bilingüe, los clientes estafados que ahora protestaban en la vereda, las decenas de empleados que quedaron en la calle sin tener a quién reclamar. No le importé yo, el hijo que lo esperó y se sumó sumisamente a su juego. Sentí ganas de matarme yo también. De todo esto ya pasaron muchos años. Con el tiempo aprendí a perdonarme y a perdonarlo. Entendí que estaba enfermo, que él también fue víctima de la situación, que sus propias carencias lo agobiaban e intentaba taparlas con lujos que no podía pagar honradamente, que detrás de su sonrisa y su optimismo escondía una angustia que llegó a hacerse insoportable. Por momentos me culpo a mi mismo por no haberme dado cuenta, pero acepto que entonces era joven e inexperto. Si hoy pudiera volver el tiempo atrás le diría: “Papá no sigas, si te equivocaste da la cara y que pase lo que tenga que pasar, pero no sigas avanzando hacia la muerte, porque te necesito vivo, porque te quiero, porque siempre te quise, aún en la época en que sentí que me habías abandonado” Tanto mi padre como mi madre me dejaron enseñanzas muy valiosas. Mi madre me enseñó a vivir en la realidad, y mi padre me enseñó trágicamente los peligros de vivir en un mundo de fantasía. Hoy trato de vivir en la realidad. Luché mucho por salir de la pobreza pero el dinero no me marea. Intento que las personas que me importan me quieran por lo que soy y no por lo que tengo y trato de avanzar paso a paso. Disfruto de las cosas pero más aún disfruto del amor de mis seres queridos. Ver también: Dejanos tu Testimonio de superación en relación al suicidio Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Cuando la libertad se convierte en condena

    “David se suicidó en julio. Se encontraba en libertad pero tal como reflexionaba años atrás en el taller, el Estado no estuvo con él ni con su familia para ayudarlo a vencer su consumo problemático. Desde entonces su mamá lleva a cabo una lucha por una ley específica de adicciones, en la cual pueda intervenir el entorno cuando se está poniendo en riesgo la vida de quien lo padece. Por otro lado pone en evidencia que cuando los detenidos salen en libertad, ¡No hay nada ni nadie! David fue uno de los fundadores de la revista allá por el año 2012. Él dibujó por aquel entonces nuestro logo…la flor de loto, el cual significa que aún en las peores circunstancias podía nacer algo hermoso como nuestro taller…Hoy lo recordamos con uno de sus escritos que visibiliza las posibilidades reales que se encuentran del otro lado del muro para quienes tengan antecedentes. ¡Nunca te voy a olvidar, David Maurig!¡Te quiero! Gisela Honorio” fragmento e Imagen extraída de la Revista: “Pensando en Voz Alta” Revista con redacción a cargo de los alumnos del CENS Nro. 24 del Penal de Devoto y edición y coordinación por la Prof. Gisela Honorio. Esta edición estuvo dedicada a David Maurig, un alumno del penal que se suicidó al salir en libertad. Yo no conocí a David pero, a través de sus escritos y de esta reseña en la revista, a modo de reflexión, quiero destacar la importancia que tienen en la salud física y mental ciertos espacios en dónde (aún estando en el peor lugar donde una persona puede estar) hay posibilidades de que nazca un proyecto, una motivación y la importancia de contar con personas que crean en vos. Ese espacio y esas personas, en el caso de David, eran la escuela y el taller de libre expresión. Imagino que esos lugares le daban la confianza para creer que podía modificar su vida, dejar el consumo problemático y sentirse seguro al ser contenido y escuchado, en lugar de juzgado. Al salir en libertad, nuevamente volvió a una situación de soledad y desamparo y ahí, cuando los amigos y/o la familia no saben o no pueden ayudar, el Estado tampoco estuvo. David tomó una decisión drástica e irreversible que seguramente se podría haber evitado. Ver también: Prevención Comunitaria del Suicidio Dejanos tu Testimonio en relación al Suicidio Homenaje a Nuestros Seres Queridos fallecidos a causa de Suicidio

  • Mito 6: "Hablar sobre el suicidio genera ideas y puede inducir al acto"

    Uno de los obstáculos más importantes para la Prevención Comunitaria del Suicidio son las creencias erróneas o mitos que circulan sobre el tema. En este Mes de la Prevención del Suicidio publicaremos, desde nuestro blog, una serie de artículos, basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, con el objeto de concientizar a la población sobre la falsedad de estas creencias. Mito 6: "Hablar sobre el suicidio genera ideas y puede inducir al acto" FALSO Como muchos de los mitos que circulan en la comunidad, sobre el suicidio y también sobre otros temas, esta falsa creencia también tiene una parte de verdad. Vemos en los medios de comunicación, en las redes sociales, y también en las charlas cotidianas, que el tema del suicidio casi no aparece, o no aparece con la relevancia que debería tener por ser la primera causa de muerte violenta. Pero también, que cuando se toca el tema muchas veces se lo hace desde una perspectiva morbosa, mostrando detalles innecesarios que podrían perturbar a personas sensibles, o se intenta justificar el acto suicida relacionándolo con una causa determinada, o bien se lo exalta como un acto heroico, o se lo condena como un pecado o un acto cobarde. Nada de esto ayuda a la prevención, por el contrario, está demostrado que tratar el tema del suicidio de este modo genera procesos de identificación e imitación en personas vulnerables y aumenta el riesgo de que cometan suicidio. Ver Cómo Hablar Responsablemente del tema del Suicidio. Dicho esto, también debemos señalar que no hablar sobre el tema del suicidio es más peligroso aún. El suicidio es un tema tabú en nuestra sociedad. Uno de esos temas de los que nos dicen "de eso no se habla". Este mandato se reproduce de tal modo que hablar del tema del suicidio produce miedo y vergüenza en las personas. Especialmente en los que necesitan hablar por estar sufriendo por sus fantasías de muerte o pensamientos suicidas recurrentes. De este modo se clausura la posibilidad de que todas esa personas puedan contar lo que les pasa o lo que sienten y recibir la escucha, contención y acompañamiento que tanto necesitan por parte de la comunidad o su círculo más íntimo. La censura y autocensura sobre el tema del suicidio es tan fuerte que muchos no se animan a buscar ayuda profesional o, si la están recibiendo, a hablar sobre estos temas con médicos o terapeutas. Sabemos, porque así lo testimonian familiares de personas fallecidas a causa de suicidio, que El Proceso Suicida puede ser un camino solitario y silencioso. Quienes lo recorren puede que no encuentren la forma o no se animen a pedir ayuda. Vencer este tabú que pesa sobre el tema del suicidio es como abrir una gran puerta por la que todas esas almas sufrientes puedan entrar para buscar refugio. Desde Hablemos de Suicidio nos propusimos esto como principal objetivo: Promover la creación de espacios de escucha, contención y acompañamiento dentro y fuera de la institución para que todas las personas afectadas por el drama del suicidio puedan encontrar un lugar donde contar lo que les pasa y lo que sienten sin riesgo de sentirse juzgadas, estigmatizadas o desvalorizadas. Ver La Escucha Activa en temas relacionados con el Suicidio. Lo decimos una vez más: Hablar responsablemente sobre temas relacionados con el suicidio no induce al acto, más bien brinda una oportunidad a las personas con pensamientos suicidas de recibir la escucha, contención y acompañamiento que tanto necesitan. Ver también: Mito 1: "Quienes dicen que se van a suicidar no lo hacen" Mito 2: "El suicidio es un acto impulsivo por lo que no se puede prevenir" Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer" Mito 4: "Quien haya realizado un intento de suicidio estará en riesgo para toda su vida" Mito 5: "Los pensamientos suicidas siempre se deben a una enfermedad mental" Prevención Comunitaria del Suicidio Mitos sobre el Suicidio Escucha Activa en la Prevención del Suicidio Asistencia a Personas en Crisis o con riesgo de Suicidio Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Mito 5: "Los pensamientos suicidas siempre se deben a una enfermedad mental"

    Uno de los obstáculos más importantes para la Prevención Comunitaria del Suicidio son las creencias erróneas o mitos que circulan sobre el tema. En este Mes de la Prevención del Suicidio publicaremos, desde nuestro blog, una serie de artículos, basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, con el objeto de concientizar a la población sobre la falsedad de estas creencias. Mito 5: "Los pensamientos suicidas siempre se deben a una enfermedad mental" FALSO Otra forma de estigmatizar o de descalificar a las personas que tuvieron fantasías de muerte, pensamientos suicidas o intentos de suicidio es decir que son enfermos mentales. Este prejuicio dificulta la Prevención Comunitaria del Suicidio por varios motivos. En primer lugar, si bien la enfermedad mental, como cualquier otra enfermedad, no debería interpretarse en un sentido peyorativo, lo cierto es que a muchas personas les genera miedo o vergüenza ser calificados como enfermos mentales. Y si a esto le sumamos la falsa creencia de que los suicidas son todos enfermos mentales, esta combinación de prejuicios hace que muchas personas prefieran no hablar de sus fantasías de muerte o pensamientos suicidas cerrando de esta manera toda posibilidad de recibir escucha, contención o ayuda. Por otra parte, para quienes deberían prestar en primer lugar esa escucha, contención o ayuda, que son sin duda los contactos más cercanos, identificar al pensamiento suicida con la enfermedad mental hace que no se sientan preparados o no puedan acercarse a sus seres queridos como pares. La realidad, relevada por la Organización Mundial, es que el suicidio y el pensamiento suicida no son enfermedades mentales ni tienen como requisito una enfermedad mental previa. Es cierto que la enfermedad mental aumenta el riesgo de suicidio, como también lo hacen otros Factores de Riesgo, pero aún en los casos en que haya una enfermedad mental previa, explicar el pensamiento suicida sólo en base a esta enfermedad es incorrecto. Como siempre aclaramos, el suicidio es multicausal, por lo que atribuirlo a una sola causa no solo es falso sino peligroso porque favorece los procesos de identificación e imitación. Además, aún en los casos en que exista una enfermedad mental previa, quien sufre una crisis emocional o pensamientos suicidas debería ser asistido por sus familiares o allegados como ser humano, no como un enfermo mental. Ver Asistencia a Personas en Crisis o con Pensamientos Suicidas. Así como la enfermedad mental es, sin duda, un factor de riesgo para la conducta suicida, la discriminación por cualquier motivo también lo es. Deberíamos entonces ser cuidadosos en este sentido para no agravar la situación. No discriminar a las personas con enfermedad mental tratándolas de un modo diferenciado más allá de atender sus necesidades especiales y no usar a la enfermedad mental como excusa para discriminar a las personas con pensamientos suicidas. Ver también: Mito 1: "Quienes dicen que se van a suicidar no lo hacen" Mito 2: "El suicidio es un acto impulsivo por lo que no se puede prevenir" Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer" Mito 4: "Quien haya realizado un intento de suicidio estará en riesgo para toda su vida" Prevención Comunitaria del Suicidio Mitos sobre el Suicidio Escucha Activa en la Prevención del Suicidio Asistencia a Personas en Crisis o con riesgo de Suicidio Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Mito 4: "Quien haya realizado un intento de suicidio estará en riesgo para toda su vida"

    Uno de los obstáculos más importantes para la Prevención Comunitaria del Suicidio son las creencias erróneas o mitos que circulan sobre el tema. En este Mes de la Prevención del Suicidio publicaremos, desde nuestro blog, una serie de artículos, basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, con el objeto de concientizar a la población sobre la falsedad de estas creencias. Mito 4: "Quien haya realizado un intento de suicidio estará en riesgo para toda su vida" FALSO Aún aceptando la reversibilidad del Proceso Suicida. Es decir, que quien haya tenido fantasías de muerte, pensamientos suicidas, intenciones suicidas e incluso intentos de suicidio, puede recuperarse. Subsiste la idea de que quienes llegaron a tales estadios son personas inestables por lo que es muy probable que vuelvan a lo mismo. Esa presunción de inestabilidad emocional de las personas con pensamientos suicidas es uno de los motivos para que estas personas oculten lo que les pasa y lo que sienten y también un motivo para que quienes sobreviven a un intento de suicidio que se hizo público sientan una vergüenza profunda que sólo empeora su estado anímico. Y, si bien debemos admitir que las personas que transitan los estadios avanzados del proceso suicida suelen manifestar inestabilidad emocional, por lo que un intento reciente de suicidio debe tomarse como un factor de riesgo adicional, nunca debemos confundir lo que nos pasa con lo que somos. Esas mismas personas pueden recuperarse en forma razonablemente completa de su estado de vulnerabilidad y volver a ser tan estables, confiables y productivos como cualquier otra persona. Los muchísimos casos de personas que, habiendo llegado incluso a intentos de suicidio se muestran completamente recuperadas, dan muestra de esto. Señalar a una persona solo por el hecho de que haya tenido en el pasado pensamientos suicidas o intentos de suicidio como emocionalmente inestable o poco confiable es, como todos los estigmas, falso e injusto, pero en este caso es también peligroso, porque de algún modo se induce a la persona a identificarse con una etapa de su vida que posiblemente ya dejó atrás. Por otra parte, este tipo de descalificación lleva al desperdicio de un recurso fundamental: la experiencia. Hablemos de Suicidio es una Asociación Civil para la prevención del suicidio muy particular, ya que la mayoría de los asociados y los voluntarios somos personas que resultamos directamente afectadas por el drama del suicidio. Lejos de pensar que estas experiencias en nuestras vidas podrían representar un problema a la hora de brindar ayuda a otros en situaciones similares, creemos en el valor de la experiencia. Si bien todos los seres humanos tenemos la capacidad de comprender el sufrimiento ajeno desde la empatía, el haber transitado y podido elaborar situaciones similares es un importante atajo en este acercamiento al que sufre. Desde Nuestra Acción Comunitaria comprobamos que no estamos inhabilitados por nuestras experiencias pasadas y que, pese al dolor que nos causaron en su momento, en el presente nos ayudan a ser más sensibles y empáticos. Ver también: Mito 1: "Quienes dicen que se van a suicidar no lo hacen" Mito 2: "El suicidio es un acto impulsivo por lo que no se puede prevenir" Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer" Prevención Comunitaria del Suicidio Mitos sobre el Suicidio Escucha Activa en la Prevención del Suicidio Asistencia a Personas en Crisis o con riesgo de Suicidio Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer"

    Uno de los obstáculos más importantes para la Prevención Comunitaria del Suicidio son las creencias erróneas o mitos que circulan sobre el tema. En este Mes de la Prevención del Suicidio publicaremos, desde nuestro blog, una serie de artículos, basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, con el objeto de concientizar a la población sobre la falsedad de estas creencias. Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer" FALSO Pensar en el suicidio como un proceso irreversible es otra forma de no involucrarnos en la Prevención Comunitaria del Suicidio. ¿Para qué luchar contra lo inevitable? Por suerte, la realidad y los numerosos sobrevivientes que se recuperaron de sus fantasías de muerte, pensamientos suicidas, intenciones suicidas e incluso intentos de suicidio nos muestran inequívocamente que esta creencia es completamente falsa. La realidad es que todos los estadíos del Proceso Suicida admiten recuperación, y eso se debe a que el pensamiento suicida es siempre, y hasta el último momento, ambivalente. Es decir, la persona que piensa en el suicidio, ya sea porque tiene fantasías o pensamientos intrusivos o porque consiente e intencionalmente planifica hacerlo, evidentemente tiene, en menor o mayor grado el deseo de morir, pero éste no anula, al menos no completamente, al instinto de supervivencia y el natural apego a la vida. Por eso decimos, para resumir esta idea, que el suicida no quiere morir, lo único que quiere es dejar de sufrir, solo piensa en la muerte porque desde su visión de túnel la ve como única escapatoria a su sufrimiento, pero a su vez estaría deseoso de seguir viviendo si se le pudiera mostrar una mínima esperanza de salir de otro modo de ese sufrimiento que siente insoportable. En los Grupos de Ayuda Mutua de Hablemos de suicidio vemos esto en cada reunión, personas que confiesan sus pensamientos suicidas pero a su vez manifiestan su deseo de estar mejor y continuar con sus vidas. Modestamente intentamos mostrarle esa mínima esperanza que necesitan desde la Escucha Activa, demostrándoles que a nosotros sí nos importa lo que les está pasando y lo que sienten al respecto. En las mismas reuniones escuchamos a personas que se recuperaron razonablemente de sus fantasías, pensamientos o intenciones suicidas y son el testimonio viviente de que llegar a esos extremos, aunque es muy angustiante, preocupante y riesgoso, por lo que no se lo deseamos a nadie, de ningún modo es una condena. El suicidio se puede prevenir. No nos cansaremos de repetirlo, porque entre más personas tomen conciencia de esta realidad más y mejores acciones para la prevención del suicidio podremos emprender como comunidad. Ver también: Mito 1: "Quienes dicen que se van a suicidar no lo hacen" Mito 2: "El suicidio es un acto impulsivo por lo que no se puede prevenir" Prevención Comunitaria del Suicidio Mitos sobre el Suicidio Escucha Activa en la Prevención del Suicidio Asistencia a Personas en Crisis o con riesgo de Suicidio Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Mito 2: "El suicidio es un acto impulsivo por lo que no se puede prevenir"

    Uno de los obstáculos más importantes para la Prevención Comunitaria del Suicidio son las creencias erróneas o mitos que circulan sobre el tema. En este Mes de la Prevención del Suicidio publicaremos, desde nuestro blog, una serie de artículos, basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, con el objeto de concientizar a la población sobre la falsedad de estas creencias. Mito 2: "El suicidio es un acto impulsivo por lo que no se puede prevenir" FALSO La realidad demostrada desde las autopsias psicológicas es que las personas que llegan a un intento de suicidio lo hacen después de atravesar un largo camino, muchas veces dejando señales, más o menos evidentes, y otras en absoluto silencio, pero en todos los casos, brindando numerosas oportunidades para prevenir. Ver El Proceso Suicida y las Múltiples oportunidades para Prevenir. Lo más importante desde la Prevención Comunitaria del Suicidio es asumir que todos estamos en riesgo de suicidio. También nuestros seres queridos. No se puede prevenir lo que no se asume como riesgo real. Sólo desde la conciencia colectiva de que nuestros seres queridos o contactos más cercanos podrían estar en riesgo de suicidio, podemos proveerles de los recursos que necesitan para afrontar las inevitables vicisitudes a las que se enfrentarán en su vida mucho antes de que las ideas suicidas aparezcan. A esta estrategia se la llama Prevención Primaria del Suicidio y se aplica desde la primera infancia. Los recursos a los que nos referimos antes son: Valores, Habilidades Sociales y Actitudes positivas frente a la Vida. La Prevención Primaria reduce el riesgo de que las personas lleguen a padecer pensamientos suicidas, pero nada en Prevención Comunitaria del Suicidio es seguro, por eso es necesario estar atentos y sobre todo Estar Presentes, y así saber qué les pasa a nuestros seres queridos o contactos cercanos. Saber cuando un familiar o allegado está atravesando una crisis o tiene pensamientos suicidas nos brinda la oportunidad de asistirlo. Ver Asistencia a Personas en Crisis o con Pensamientos Suicidas. Incluso frente a un intento de suicidio en curso el pensamiento suicida es ambivalente. El deseo de morir no excluye el natural instinto de supervivencia y la voluntad de vivir, por lo que hasta el último estadio del Proceso Suicida la prevención es posible. Ver Asistencia en Emergencias con Riesgo de Suicidio. Como vemos, la idea de que el suicidio ocurre de repente por lo que no da oportunidades de intervenir es totalmente falsa. En los Grupos de Ayuda Mutua de Hablemos de Suicidio vemos lo opuesto en cada reunión. Las personas con pensamientos suicidas, incluso los sobrevivientes de intentos de suicidio luchan por recuperarse del estado en el que se encuentran y están abiertos a recibir ayuda. La idea de que nada se puede hacer es sólo una excusa o un pretexto para no comprometerse con la Prevención Comunitaria del Suicidio. Sin embargo, eso está cambiando y somos cada vez más los que nos animamos a hablar y nos disponemos a escuchar. Ver también: Mito 1: "Quienes dicen que se van a suicidar no lo hacen" Prevención Comunitaria del Suicidio Mitos sobre el Suicidio Escucha Activa en la Prevención del Suicidio Asistencia a Personas en Crisis o con riesgo de Suicidio Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • 10 de Septiembre de 2023 - Día Mundial para la Prevención del Suicidio

    Como todos los años, la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud y todas las asociaciones e instituciones dedicadas a la prevención del suicidio alrededor del mundo, este 10 de septiembre, conmemoramos una vez más el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. En esta oportunidad bajo el lema: “Crear esperanza a través de la acción”, y reconociendo la necesidad de promover una acción colectiva [comunitaria] para abordar el urgente problema social del suicidio y de animar a los afectados para que compartan sus historias. Esos son precisamente los objetivos de Hablemos de Suicidio ONG. En nuestra corta trayectoria institucional, este es el primer año en el que vamos a conmemorar el día de la Prevención del Suicidio como asociación civil registrada. Aún así sentimos que hicimos mucho: Desde nuestra página web, nuestro Blog sobre Prevención del Suicidio y nuestras redes sociales realizamos cientos de publicaciones para concientizar a la comunidad sobre el problema del suicidio y brindar esperanza respecto a su prevención. Desde nuestros Grupos de Ayuda Mutua creamos espacios donde los participantes pueden hablar sobre los pensamientos suicidas que padecen, la preocupación por los pensamientos suicidas de un familiar o amigo, o el dolor por la muerte de un ser querido a causa de suicidio, en un ambiente cálido donde no son juzgados ni estigmatizados y donde encuentran la escucha, contención y acompañamiento. A partir de esta experiencia esperamos que la práctica de la Escucha Activa se replique en la comunidad para que el suicidio deje de ser un tema tabú y los afectados se animen cada vez más a pedir la ayuda que necesitan. Desde nuestro Servicio de Ayuda Personal proponemos a quienes aún no se animan a participar en los grupos, o quieren tratar un tema especifico en relación al suicidio, que hablen en forma privada y confidencial con un voluntario entrenado en escucha activa. Desde nuestro Trayecto de Formación de Coordinadores y nuestras Charlas Abiertas a la Comunidad brindamos formación para que más personas dispuestas a ayudar en la prevención del suicidio sepan cómo intervenir y se animen a hacerlo. Otras oportunidades para participar de este proyecto comunitario para la prevención del suicidio son: el Voluntariado en prevención del Suicidio, nuestro Foro para la Prevención del Suicidio, nuestra Página de Homenaje a nuestros seres queridos fallecidos a causa de suicidio o dejándonos su Testimonio de lucha o superación en relación al problema del suicidio. Por eso, nuestro aporte a esta conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio será seguir creando esperanza a través de la acción, cada vez más convencidos de que el suicidio se puede prevenir. Ver también: Página web sobre prevención del suicidio de la OPS Pagina de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio

  • Mito 1: "Quienes dicen que se van a suicidar no lo hacen"

    Unos de los obstáculos más importantes para la Prevención Comunitaria del Suicidio son las diversas creencias erróneas que circulan en la comunidad sobre el tema del suicidio, a las que llamamos genéricamente Mitos sobre el Suicidio. Desmentir estas creencias falsas es importante, no sólo porque son falsas sino, principalmente, porque son peligrosas. Todas estas creencias falsas tienen en común que, de algún modo, bloquean la capacidad y la disposición de las personas comunes para actuar en función de la prevención del suicidio, impidiendo que las personas afectadas reciban la ayuda de familiares, amigos o contactos cercanos que podrían estar necesitando en un momento difícil de sus vidas. Por este motivo, en este Mes de la Prevención del Suicidio publicaremos, desde nuestro blog, una serie de artículos, basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, con el objeto de concientizar a la población sobre la falsedad de estas creencias. Mito 1: "Quienes dicen que se van a suicidar no lo hacen" FALSO La realidad que los hechos demuestran es que muchas de las personas que murieron a causa de suicidio (aunque no todas) habían hablado antes sobre el tema en forma más o menos clara con algún familiar o allegado, algunas veces con muchas personas y durante años, sin que se le prestara la debida atención a sus dichos. Que una persona hable de sus fantasías, pensamientos o intenciones suicidas es indicativo, al menos, de que la idea del suicidio está en su mente, por ese motivo sus dichos no deberían ser pasados por alto. Tampoco se deben juzgar, criticar o censurar estos dichos. El problema no es lo que se dice sino el pensamiento y el sentimiento que genera ese discurso. Bloquear sus dichos con frases como: "No digas esas cosas", es como ocultar un síntoma para procurarnos una falsa tranquilidad. Por el contrario, la persona que habla de sus fantasías, pensamientos o intenciones suicidas debe ser contenida e invitada a seguir hablando con validaciones de sus sentimientos, valoraciones de sus fortalezas y preguntas abiertas. Ver La Escucha Activa en la Prevención del Suicidio y Asistencia a Personas en Crisis o con riesgo de Suicidio. Algunas veces, el discurso de la persona con pensamientos suicidas es muy explícito como: "No aguanto más, me quiero matar". Otras, puede ser mucho más sutil y ambiguo, por ejemplo: "Quisiera irme de viaje y no regresar". En ambos casos debemos tener en cuenta que las personas con pensamientos suicidas suelen sentir que están solas en el mundo frente a su sufrimiento, e incluso que a nadie le importa lo que le está pasando. Lo más urgente es brindar contención, es decir, mostrar que a nosotros sí nos importa su persona, lo que le pasa y lo que siente. No es necesario ni conveniente brindar soluciones a los problemas que nos plantea. Lo que necesita una persona con pensamientos suicidas es sentirse contenida, escuchada y acompañada. Desde Hablemos de Suicidio asumimos como principal objetivo luchar contra este mito que nos lleva al silencio y al abandono. Hablar de lo que nos pasa nunca es malo. El riesgo es no hacerlo. Por eso invitamos a que nos animemos a hablar más y que aprendamos a escuchar mejor. Solo así podremos tener una Prevención del Suicidio Comunitaria más eficiente. Ver también: Prevención Comunitaria del Suicidio Mitos sobre el Suicidio Escucha Activa en la Prevención del Suicidio Asistencia a Personas en Crisis o con riesgo de Suicidio Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Madre... esa mujer...

    Pasaron años hasta que mis manos prendidas al teclado me permitieron escribirle a esa mujer siempre sonriente en sus batones de colores, algunos desgastados por los tiempos, que usaba feliz en su cuerpo medio bajo, de caderas anchas; a esa mujer incansable para sus tareas cotidianas, a esa cocinera excelente, a la referente del pueblo como la mejor repostera de la época, a esa mujer que pelaba duraznos en un fuentón acompañando a su compañero de toda la vida (en silencio) mientras en la radio sonaba el relator de un partido de River, a esa mujer que nada entendía de fútbol pero que mucho sabía del amor y de oficiar de compañía; a esa mujer que dejaba sus ocupaciones por compartir un momento cerca de su nieto, a esa mujer que admiro, a esa mujer que me imprimió recetas que intento poner en práctica pero suelen resultar fallidas; a esa mujer que el tiempo me resultó escaso para conocer, a esa mujer que me bancó las chifladuras de joven malcriada, o mal aprendida, que me amó sin demandas; a esa mujer que me dijo adiós de la forma menos pensada, porque para esa mujer la vida era una fiesta, pero que desde hacía un tiempo se había desencontrado de las risas. A esa mujer que sin pretenderlo estampó unas magulladuras sobre mi cuerpo difíciles de curar o de alivianar porque las “culpas” azotaban, porque todo era borroso, todo había cambiado en una mañana de septiembre justo en el mes de sus flores. Porque les cuento que esa mujer ostentaba uno de los jardines más bellos del pueblo donde sus margaritas competían gallardas entreveradas con las rosas y las madreselvas que con algunas glicinas caían majestuosas de la historia de esa mujer que se perdió entre los laberintos sin encontrar la salida. A esa mujer que me faltó el tiempo para conocer, a esa mujer que amé, a esa mujer que se fue con el beso de la despedida de las buenas noches, a esa mujer que seguro guardó en su bolsillo el papelito que olvidó dejar sobre la mesa, a esa mujer que sigue presente en cada segundo de mi vida, a esa mujer que me fortalece cada día, que me permite escribir la presentación del tema que trataré a continuación, el que calle por años, el que todavía resiste salir a la comunidad, pero entiendo que puedo acompañar para que otros alivianen sus cargas . Pertenezco como tantos otros a familiares de suicidas, de los que mi doctor especialmente cuida porque dice que “los cuidados a las alertas amarillas deben estar más agudizadas en nuestras vidas”, al que agradezco por su compromiso para conmigo ante esta historia de vida que me alcanza. Rosa Luna Ver también: Dejanos tu Testimonio de superación en relación al suicidio Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

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