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Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer"


Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer"

Uno de los obstáculos más importantes para la Prevención Comunitaria del Suicidio son las creencias erróneas o mitos que circulan sobre el tema. En este Mes de la Prevención del Suicidio publicaremos, desde nuestro blog, una serie de artículos, basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, con el objeto de concientizar a la población sobre la falsedad de estas creencias.


Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer" FALSO

Pensar en el suicidio como un proceso irreversible es otra forma de no involucrarnos en la Prevención Comunitaria del Suicidio. ¿Para qué luchar contra lo inevitable? Por suerte, la realidad y los numerosos sobrevivientes que se recuperaron de sus fantasías de muerte, pensamientos suicidas, intenciones suicidas e incluso intentos de suicidio nos muestran inequívocamente que esta creencia es completamente falsa. La realidad es que todos los estadíos del Proceso Suicida admiten recuperación, y eso se debe a que el pensamiento suicida es siempre, y hasta el último momento, ambivalente. Es decir, la persona que piensa en el suicidio, ya sea porque tiene fantasías o pensamientos intrusivos o porque consiente e intencionalmente planifica hacerlo, evidentemente tiene, en menor o mayor grado el deseo de morir, pero éste no anula, al menos no completamente, al instinto de supervivencia y el natural apego a la vida. Por eso decimos, para resumir esta idea, que el suicida no quiere morir, lo único que quiere es dejar de sufrir, solo piensa en la muerte porque desde su visión de túnel la ve como única escapatoria a su sufrimiento, pero a su vez estaría deseoso de seguir viviendo si se le pudiera mostrar una mínima esperanza de salir de otro modo de ese sufrimiento que siente insoportable.


En los Grupos de Ayuda Mutua de Hablemos de suicidio vemos esto en cada reunión, personas que confiesan sus pensamientos suicidas pero a su vez manifiestan su deseo de estar mejor y continuar con sus vidas. Modestamente intentamos mostrarle esa mínima esperanza que necesitan desde la Escucha Activa, demostrándoles que a nosotros sí nos importa lo que les está pasando y lo que sienten al respecto.


En las mismas reuniones escuchamos a personas que se recuperaron razonablemente de sus fantasías, pensamientos o intenciones suicidas y son el testimonio viviente de que llegar a esos extremos, aunque es muy angustiante, preocupante y riesgoso, por lo que no se lo deseamos a nadie, de ningún modo es una condena.


El suicidio se puede prevenir. No nos cansaremos de repetirlo, porque entre más personas tomen conciencia de esta realidad más y mejores acciones para la prevención del suicidio podremos emprender como comunidad.

 

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