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Sentir con el Otro en la Escucha Activa

 

Guía para participantes en grupos de ayuda mutua por temas relacionados con el suicidio

 

En nuestra página  Pensar con el otro en la Escucha Activa mostramos cómo usar las palabras de nuestro interlocutor y acordar con sus ideas, creencias y valores genera un ambiente de confianza y escucha mutua en el que la conversación fluye sin sobresaltos, obstáculos o conflictos. Esta manera de escuchar nos permite no solo entender en profundidad al otro, lo que le pasa, y su manera de ver lo que le pasa, sino que le da al interlocutor la oportunidad de entender mejor su propio pensamiento y sus opciones a fin de tomar mejores decisiones desde sus propios recursos. Sin embargo, para lograr una comunicación realmente profunda con el otro y para que el otro se sienta realmente escuchado en profundidad, además de acompañarlo en sus palabras y en sus pensamientos debemos lograr acompañarlo en lo que siente.

 

En nuestra página Dirigir la Entrevista en la Escucha Activa señalamos que abordar los temas dolorosos cuando se escucha a una persona que sufre o sufrió algún trauma en relación al suicidio es la única manera de poder abordar estos temas, pero también dijimos que hacerlo es incómodo y difícil tanto para el entrevistador como para el entrevistado. En esta página trataremos algunos recursos para facilitar esta comunicación emocional. 

 

Abrir los canales para el diálogo emocional

 

Nos referimos a la empatía como esa capacidad humana que nos permite comprender lo que otra persona está sintiendo y a su vez, de algún modo, hacerle saber que tomamos nota de sus sentimientos y que eso que él o ella sienten nos afecta. La empatía es un camino de ida y vuelta, todos tenemos, en mayor o menor grado, capacidad para comprender las emociones ajenas y para expresar lo que hemos comprendido. Sin embargo, para que la empatía se verifique en la práctica suele ser necesaria, además, una particular disposición de ánimo. Así como en nuestra página Prestar Atención en la Escucha Activa hablamos de la importancia de estar atentos para poder entender lo que el otro nos dice y dimos algunas recomendaciones prácticas al respecto, también existe una atención emocional, una atención a los sentimientos del otro, y las mismas recomendaciones, como buscar un lugar y un momento adecuados para la escucha, dedicarle el tiempo necesario y estar totalmente presentes en el aquí y ahora, siguen siendo válidas, pero lo más importante siempre va a ser estar receptivos a las emociones del otro.

 

Valorar al otro y a sus esfuerzos por superarse

 

En nuestra página Evitar Consejos y Críticas en la Escucha Activa hablamos de lo perjudiciales que suelen ser las críticas y los consejos apresurados o facilistas durante la escucha, especialmente cuando escuchamos a alguien que está sufriendo o sufrió un trauma en relación al suicidio. Además de lo ya dicho agregamos aquí que una crítica o un consejo de ese tipo pueden vulnerar aún más la autoestima de quien atraviesa tales circunstancias.

 

Uno de los efectos de lidiar con el pensamiento suicida es la pérdida de autoestima, quienes tienen o tuvieron que acompañar a personas con pensamientos suicidas suelen sentir una profunda impotencia que también podría causar pérdida en su autoestima. Valorar a estas personas con frases simples pero sinceras puede ser como una caricia en el alma para ellas. Por ejemplo, decir: “A pesar de todo estás vivo y eso es prueba de tu coraje” o “Hace falta mucha fortaleza para enfrentarse a algo así en soledad”.

 

Validar las emociones o sentimientos del otro

 

Otro sentimiento frecuente entre quienes tienen pensamientos suicidas o tienen que asistir a alguien que los tiene es el de soledad: sentir que solo a ellos les pasa esto. El suicidio, lamentablemente, es muy frecuente, y más aún el pensamiento suicida, pero el hecho de que de que sea un tema tabú y prácticamente no se hable de él hace que quienes tienen que transitar situaciones difíciles en relación a los pensamientos suicidas propios o de seres queridos lo vivan como algo extraño. También resultan extrañas las emociones en relación a estas situaciones. Especialmente en el duelo por suicidio se experimentan sentimientos que son muy frecuentes y naturales pero se experimentan como extraños y casi siempre en soledad. Para todas estas personas saber que otros también transitan situaciones similares y reaccionan con los mismos sentimientos puede resultar tranquilizador. Palabras simples como: “Debe ser terrible lo que estás pasando” o bien: “Es natural que te sientas así”, suelen resultar muy tranquilizadoras.

 

El lenguaje no verbal de las emociones

 

Como dijimos antes, es difícil fingir el lenguaje emocional, lo que decimos con palabras debe estar acompañado por el tono de voz, la cadencia del discurso, la postura corporal y los gestos adecuados para que resulte creíble. Es muy complejo simular todo esto, por eso, lo que realmente funciona es una auténtica preocupación por el otro, lo que le pasa y lo que siente al respecto. 

 

Un ejemplo del uso de lenguaje no verbal es el manejo de los silencios propios, después de una frase que requiere reflexión o nos ha impactado emocionalmente; y también el respeto por los silencios de nuestro interlocutor, para acomodar su discurso o para procesar emociones. Pero insistimos, incluso manejar estos silencios es difícil si no nos comprometemos emocionalmente con lo que el otro está sintiendo. Por otra parte, cuando se logra construir un ambiente de confianza mutua con el entrevistado y nos mostramos receptivos a sus sentimientos, el lenguaje no verbal apropiado surge naturalmente.

 

El contagio emocional

 

Cuando escuchamos a una persona que está pasando o pasó por momentos difíciles que le generan mucha angustia, y cuando lo hacemos desde una actitud de verdadera apertura emocional, es natural y hasta esperable que parte de la angustia que siente el otro nos afecte a nosotros. Este es el precio que hay que pagar para lograr una escucha profunda, cálida y contenedora. Sentir con el otro lo demanda. Muchas personas que realizan este tipo de escucha con frecuencia relatan que además de estas emociones, que deberían ser pasajeras, el acto de escuchar les produce también una profunda satisfacción por haber podido brindar ayuda a un semejante. El balance suele ser positivo, pero cada persona es libre de decidir hasta qué punto está dispuesta a comprometerse en la escucha.

 

El peligro de la identificación

 

Cuando la angustia que produce la escucha no es pasajera sino que se prolonga en el tiempo luego de que la escucha terminó deberíamos preguntarnos si no hay algo más. Algo de nuestra propia historia que en algún punto se asemeja a la de nuestro interlocutor y genera identificación. El otro es nuestro espejo. Escuchar al otro en forma profunda y con una gran apertura emocional es también una forma de escucharnos a nosotros mismos y así descubrir aquello que aún tenemos sin resolver o sin asumir. Esto en sí no es algo bueno ni malo, todo depende de qué hagamos con lo que acabamos de descubrir. Es nuestra decisión seguir escondiéndolo bajo la alfombra o buscar un ámbito de escucha donde poder exponerlo en forma segura para terminar de elaborarlo. Sin embargo, debemos aclarar que los procesos de identificación son peligrosos, especialmente cuando hablamos de pensamientos suicidas, por eso, buscar la manera de elaborarlos es altamente recomendable.

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