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  • ¿Qué es un Grupo de Ayuda Mutua?

    Un Grupo de Ayuda Mutua (GAM)  se define por una serie de características distintivas que lo diferencian de otras formas de apoyo o terapia grupal. Aquí te presento los elementos clave que definen a un GAM: Experiencia Compartida:  El elemento central de un GAM es que sus miembros comparten una misma problemática, dificultad, experiencia vital o necesidad en común. Esta vivencia compartida es la base de la comprensión y el apoyo mutuo. Puede tratarse de una adicción, una enfermedad crónica, un duelo, una situación vital difícil, etc. Compromiso Mutuo: El objetivo del grupo debe ser siempre la mejora personal de sus miembros. Un grupo de alcohólicos que se reúnen para beber juntos no es un grupo de ayuda mutua, tampoco lo es un grupo de duelo que se centra en la lamentación. Por eso los Grupos de Ayuda Mutua suelen tener reglas de participación. Apoyo Recíproco:  La ayuda se da y se recibe entre los miembros del grupo. No hay una jerarquía formal ni un líder profesional que dirija el grupo (aunque a veces puede haber un facilitador rotatorio o elegido por el grupo). Todos los participantes tienen la capacidad de ofrecer y recibir apoyo emocional, práctico e informativo. Participación Voluntaria:  La asistencia y la pertenencia al grupo son completamente voluntarias. Los miembros deciden por sí mismos participar y continuar asistiendo a las reuniones. Encuentros Periódicos:  Los GAM suelen reunirse de manera regular (semanal, quincenal, etc.) para mantener la continuidad del apoyo y construir un sentido de comunidad. Horizontalidad e Igualdad:  Todos los miembros son considerados iguales, sin jerarquías ni roles predefinidos. La experiencia de cada persona es valorada y respetada. Confidencialidad:  Se espera que todo lo que se comparte dentro del grupo permanezca confidencial, creando un espacio seguro para la apertura y la vulnerabilidad. Empoderamiento:  Los GAM buscan empoderar a sus miembros, fomentando la autonomía y la toma de control sobre sus propias vidas y desafíos. Cuando un participante descubre que desde su propia experiencia puede ayudar a otros se siente más confiado para ayudarse a sí mismo. Ausencia de Profesionales (Generalmente):  A diferencia de la terapia grupal, los GAM típicamente no están dirigidos por profesionales de la salud mental. El conocimiento y el apoyo provienen de las experiencias de los propios miembros. Foco en el Apoyo Emocional e Información Práctica:  Los miembros comparten sus experiencias, estrategias de afrontamiento, información útil y se brindan apoyo emocional mutuo. En resumen, un Grupo de Ayuda Mutua es un espacio de encuentro entre personas que comparten una situación similar, donde se ofrecen y reciben apoyo de manera horizontal, voluntaria y confidencial, con el objetivo de mejorar su bienestar y afrontar sus desafíos a través de la experiencia colectiva. Ejemplos comunes de Grupos de Ayuda Mutua incluyen: Alcohólicos Anónimos (AA) y otros grupos de 12 pasos para adicciones. Grupos de apoyo para personas con enfermedades crónicas (cáncer, diabetes, etc.). Grupos de duelo para personas que han perdido a un ser querido. Grupos de apoyo para padres de niños con necesidades especiales. Grupos de apoyo para personas con trastornos de salud mental. Grupos de Ayuda Mutua para cuidadores. Estos grupos proporcionan un sentido de pertenencia, reducen el aislamiento y ofrecen esperanza y estrategias prácticas a quienes enfrentan desafíos similares. En el caso de los Grupos de Ayuda Mutua de Hablemos de Suicidio la experiencia compartida es la ideación o el acto suicida, ya sea por pensamientos o intentos propios o de un ser querido o por la pérdida de un ser querido a causa de suicidio. Las historias personales pueden ser diferentes, pero el acercamiento al suicidio en primera persona nos brinda una mirada abierta y comprensiva sobre el tema que nos permite comprender a otros. Nuestro compromiso mutuo es con la vida, la defensa de la propia vida y la de nuestros seres queridos, desde esa premisa cuidamos y apoyamos a otros participantes, siempre en un plano de paridad que nos permite acompañarnos de igual a igual. Ver también: Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Ayuda mutua y Asistencialismo en la Prevención del Suicidio Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Entender los fenómenos de identificación para prevenir el suicidio

    El fenómeno de identificación  en psicología se refiere al proceso mediante el cual un individuo asimila aspectos, características o atributos de otra persona (o grupo) y los incorpora a su propia identidad. Esta internalización puede ser consciente o inconsciente y juega un papel fundamental en el desarrollo de la personalidad, la formación de valores, la adopción de roles sociales y la creación de vínculos emocionales. En psicoanálisis, la identificación se considera un mecanismo psíquico complejo con diferentes formas y funciones a lo largo del desarrollo. Por ejemplo, la identificación primaria ocurre en las etapas tempranas de la vida con las figuras parentales, mientras que la identificación secundaria se da con otras figuras significativas a lo largo de la vida. En la psicología social, la identificación se relaciona con la pertenencia a grupos y la adopción de normas y valores grupales. El fenómeno de identificación puede relacionarse directamente con el Efecto Werther  y el Efecto Papageno , ya que ambos efectos se basan en la imitación  y la influencia social , procesos que a menudo involucran la identificación con otros. Efecto Werther:  Este fenómeno, nombrado así por la novela de Goethe "Las penas del joven Werther," describe un aumento en los suicidios después de la publicación o difusión mediática de un suicidio, especialmente si se trata de un suicidio de una persona famosa o si la noticia detalla el método y las circunstancias. La identificación  juega un papel crucial aquí. Las personas vulnerables pueden identificarse  con la persona que se suicidó, especialmente si perciben similitudes en sus situaciones, sentimientos o incluso características personales. Esta identificación puede llevar a la imitación  de la conducta suicida como una "solución" a sus propios problemas, especialmente si el suicidio se presenta de manera romántica, glorificada o sin mostrar las consecuencias negativas. Efecto Papageno:  En contraste con el Efecto Werther, el Efecto Papageno, nombrado por el personaje de "La flauta mágica" que es disuadido del suicidio, se refiere a la disminución de los suicidios cuando los medios de comunicación presentan historias de personas que han superado crisis similares sin recurrir al suicidio o que han encontrado ayuda y soluciones positivas . Aquí también entra en juego la identificación . Las personas que están considerando el suicidio pueden identificarse  con aquellos que han experimentado dificultades similares y han encontrado alternativas. Al ver modelos positivos y estrategias de afrontamiento efectivas, se genera esperanza y se reduce la probabilidad de imitación de la conducta suicida. La clave del Efecto Papageno radica en ofrecer identificación con la resiliencia y la búsqueda de ayuda , en lugar de con la desesperación y el suicidio. Comprender el fenómeno de la identificación es fundamental para entender cómo las narrativas y la representación de ciertos comportamientos en los medios, grupos, charlas, o cualquier otro sitio donde se trate el tema del suicidio, pueden tener un impacto significativo en la conducta de las personas, tanto de manera negativa (Efecto Werther) como positiva (Efecto Papageno). Por ello, es crucial una presentación responsable y cuidadosa de temas delicados como el suicidio. Resaltando siempre la capacidad de búsqueda de alternativas y de ayuda, y mostrando siempre al suicidio como un error, evitable con gravísimas consecuencias no solo para el suicida, sino también para sus seres queridos, su circulo cercano y la comunidad toda.   Ver también: Conocer y Promover los Factores Protectores de la Conducta Suicida El Proceso Suicida y las múltiples oportunidades de prevenir Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Convocatoria por el Mes de la Prevención del Suicidio.

    La prevención del suicidio no solo se trata de ayudar a las personas en crisis. También implica promover una sociedad más comprensiva y solidaria, donde se pueda hablar libremente sobre los problemas de salud mental sin estigmas ni tabúes. La comunicación y la empatía son cruciales para ofrecer el acompañamiento necesario. Hablemos de Suicidio es una de las organizaciones que se ha comprometido durante años en la lucha por la prevención del suicidio. Su misión se centra en promover el diálogo abierto sobre la salud mental y proporcionar escucha y acompañamiento a quienes enfrentan dificultades. El mensaje que queremos transmitir durante el Mes de la Prevención del Suicidio es de esperanza. A pesar de las vicisitudes que pueda presentar la vida, transitarlas siempre es más fácil si nos animamos a pedir ayuda. La red de apoyo que se forma en la comunidad puede ser un factor determinante en la recuperación de aquellos que aún luchan con sus propios pensamientos suicidas o sufrieron la pérdida de un ser querido a causa de suicidio. Nuestro objetivo de cambio social es que incluso en los momentos más oscuros, siempre haya alguien dispuesto a ayudar desde la escucha la contención y el acompañamiento a aquellos que en una etapa desafortunada de su vida les resulte difícil encontrar alternativas para seguir adelante. Ahora más que nunca, es importante señalar que cada uno de nosotros puede ser un agente de cambio. Este domingo 14 de Setiembre a las 17 horas , Hablemos de Suicidio, junto a otras organizaciones para la prevención del suicidio, convocamos a un acto frente al Congreso de la Nación Argentina , sin banderas políticas, agresiones ni cortes de calles. Hay varias maneras en las que podés contribuir: Participá del acto : Te invitamos a unirte a nosotros el 14 de septiembre, 17 horas, frente al Congreso . Tu presencia no solo muestra apoyo a la causa de la prevención del suicidio sino que también ayuda a desestigmatizar el tema del suicidio en nuestra sociedad. Concientización : Compartí información y recursos sobre salud mental y prevención del suicidio. Podés utilizar tus redes sociales para difundir mensajes de esperanza y apoyo como los que permanentemente publicamos en @hablemosdesuicidioong Escuchar y Acompañar : Si conoces a alguien que pueda estar pasando por un momento difícil, simplemente estar ahí para escuchar puede marcar una gran diferencia. Voluntariado : Considerá ser parte activa en organizaciones como Hablemos de Suicidio o similares. Tu tiempo y esfuerzo pueden significar mucho para aquellos que necesitan ayuda. La lucha por la prevención del suicidio es un compromiso que requiere la colaboración de todos. No se trata de un mes o de un evento, sino de un esfuerzo continuo por construir una comunidad que valore y cuide la salud mental de cada uno de sus miembros. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de cuidar a quienes nos rodean. Compartí este mensaje de esperanza para ayudar a visibilizar que estamos juntos en esta lucha. La vida de cada individuo es valiosa, y cada paso que tomamos hacia adelante es un paso hacia una sociedad más empática, solidaria y saludable. El mes de la prevención del suicidio no solo es una oportunidad para crear conciencia, sino también para brindar el apoyo necesario y recordar que la vida, a pesar de sus desafíos, siempre merece ser vivida. Hay esperanza, hay ayuda y, sobre todo, hay comunidad. Recordá que no estás solo, y que hay muchas personas dispuestas a escuchar tu historia y apoyarte. ¡Unámonos para hacer del mundo un lugar más comprensivo y amable! Ver también: Conocer y Promover los Factores Protectores de la Conducta Suicida El Proceso Suicida y las múltiples oportunidades de prevenir Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Todos podemos tener pensamientos suicidas

    Hola, soy estudiante de psicología y buscando información para una materia, me encontré con ustedes y su gran labor. Quisiera dar mi testimonio para desmitificar que los psicólogos no podemos pasar por malos momentos, seguimos siendo personas. Mi historia empieza en enero del 2024. Es curioso porque justamente había llegado del primer viaje que había tenido junto a mis padres en mucho tiempo. Todo estaba bien, hasta que ya no lo estuvo. Honestamente no sé qué fue lo que ocasionó la presencia de esa molesta voz en mi cabeza. Esa voz que me decía "estás solo, nadie te quiere, siempre huyen de ti." Trataba de no hacerle caso y de enfocarme en lo bueno, pero cada día llegaba y cada vez se volvía más presente. Cabe recalcar que, afortunadamente, cuento con una red de apoyo muy buena y con acompañamiento psicológico. Aún así esa voz seguía allí. Todo empezó a ir mal después de un mes lleno de malas noticias, mis padres se estaban por separar, varios amigos dejaban la carrera y de hablar, habían vuelto mis ataques epilépticos, la universidad consumía mis energías y un gran amigo lamentablemente falleció. Recuerdo que ya todos sabían que la estaba pasando mal, pero yo no quería reconocer que fuera tan malo. Solo era un mal momento decía yo, pero esa voz en mi mente volvía y siempre con esa arrogancia de decirme que tenía razón y que simplemente no le importaba a nadie. Entonces llegó ese momento, donde pensé que lo mejor que podía hacer era suicidarme, pensé detenidamente cómo hacerlo y cuándo hacerlo. Pero recordé un extracto de mi libro favorito (El Camino de los Reyes) dónde un personaje tiene estos mismos pensamientos y decide hacerlo, pero al fin se aferra al último pedazo de esperanza en su vida, y decide intentarlo una vez más. En ese momento afortunadamente supe que la ideación suicida estaba mal, abrí este libro, busqué ese capítulo en específico y siendo un mar de lágrimas, entendí que podía intentarlo una vez más. A la mañana siguiente lo hablé con todos, familiares, amigos, maestros, etc. Y fue algo hermoso ver todo ese cariño y apoyo por parte de todos, es muy hermoso cómo al ser lo suficientemente valiente como para afrontar a esa voz de mi cabeza, pude comprobar que nunca tuvo la razón y que tenía grandes personas con las cuáles podía contar y, sobre todo, que yo mismo era capaz de superar algo así de enorme. Me enorgullece saber que habiendo pasado un año de aquello, ya no lo veo cómo un momento de debilidad, sino cómo está parte de mi vida que, aunque a veces se torna incómoda, también me ayuda a ver todo lo bello en esta vida que no lograba apreciar por escuchar más a esa voz que nunca trajo nada bueno. Ahora, a escuchar a mis seres queridos y poder vivir mi vida sin temor a estar solo. Ver también: Dejanos tu Testimonio de superación en relación al suicidio   Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio   Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG   Brindar Asistencia Primaria a Personas en Crisis con Posibles Pensamientos Suicidas

  • Cultivar el amor por uno mismo para prevenir el suicidio

    Después de escuchar cientos de relatos de personas con pensamientos suicidas , algunas de ellas sobrevivientes de intentos de suicidio, encuentro algo en común en todas sus historias: Ninguna de ellas se quería lo suficiente a sí misma. Lo digo por la forma en que cada una de estas personas hablaba de sí misma. El amor, y también el odio, se trasluce en el discurso. Por ejemplo, cuando una madre que ama a su hijo se refiere a él, siempre lo hará con palabras suaves, cuidadas y cariñosas, aún cuando tuviera que hablar de las faltas que su hijo cometió lo hará de forma indulgente, incluso justificando en exceso sus acciones. Casi con seguridad olvidará mencionar los defectos de su hijo o si se ve obligada a referirlos lo hará mínimamente. En cambio nunca olvidará sus virtudes y hablará de ellas con notoria admiración y exageración. El amor de esta madre hacia su hijo, como dije, se nota en su discurso. Si su hijo la escuchara no le costaría mucho sentirse amado. Sin embargo, muy pocas personas hablan de esta forma de sí mismas, mucho menos las personas con pensamientos suicidas. Solemos ser los jueces más implacables con nosotros mismos: Nos agredimos, nos denigramos, nos hacemos responsables de cosas que están fuera de nuestro control, nos acusamos, nos condenamos y nos castigamos con la angustia auto infringida que resulta del mal trato que nos propinamos. Y no hablo aquí de autoestima. “Estima” es una palabra demasiado tibia para hablar de afecto. Estima es sinónimo de valoración. Puedo estimar a un profesor por sus conocimientos o a un actor por su talento. Amar es otra cosa. Amamos, por ejemplo a nuestros hijos, no por sus virtudes, los amamos como son, como la madre del ejemplo anterior. La autoestima está muy bien, porque a partir de ella podemos comenzar a confiar en nuestras capacidades. Pero lo que realmente necesitamos es autoamor. Amarnos a nosotros mismos independientemente de nuestras capacidades. La mayoría de las personas aprenden el amor a sí mismas desde el amor que le brindaron sus padres. Los que no tuvimos esa suerte, los que hemos tenido padres fríos, ausentes, agresivos, denigradores o incluso violentos. Tenemos que aprender a amarnos a nosotros mismos de otras formas. Pero tenemos que hacerlo, porque el camino del auto rechazo, la auto denigración y el auto odio, siempre conduce hacia el pensamiento suicida. Personalmente viví de ese modo la mitad de mi vida. Sinceramente, creía que eso no se podía cambiar, que había algo malo en mí que de algún modo justificaba mis sentimientos negativos hacia mí mismo. Con ayuda de la terapia y de grupos de ayuda mutua descubrí no solo que esos sentimientos son injustificados, que se basan en creencias erróneas adquiridas durante una infancia difícil, sino también, que se pueden cambiar. Para comenzar a amarnos a nosotros mismos solo tenemos que hacerlo. Dicho así parece muy fácil. Sé que no lo es porque yo mismo recorrí y sigo recorriendo ese camino. Pero a cada paso compruebo que es así. Al principio nos sentimos raros tan solo por tratarnos a nosotros mismos con respeto, amabilidad e indulgencia, Sentimos que no lo merecemos, pero tal vez lo merecemos más que nadie como compensación por nuestras infancias difíciles. Si en el pasado los adultos que fueron responsables de enseñarnos a amarnos desde el amor que ellos debieron brindarnos no lo hicieron o no hicieron lo suficiente, ahora los adultos responsables de nosotros mismos somos cada uno de nosotros. Debemos amarnos y cuidarnos. Incluso defendernos de los pensamientos negativos refutándolos desde el amor y la compasión. Con el tiempo esta actitud se hace costumbre y nos ayuda a comprometernos con la vida desde el amor. Ver también: Conocer y Promover los Factores Protectores de la Conducta Suicida El Proceso Suicida y las múltiples oportunidades de prevenir Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Biología del Suicidio

    El suicidio es un fenómeno complejo que ha captado la atención de profesionales de la salud mental, investigadores y afectados. En los últimos años, una mayor toma de conciencia sobre la gravedad de este drama social, ha llevado a una mayor preocupación por la salud mental y la búsqueda de estrategias efectivas de prevención. Un enfoque intrigante, aunque poco explorado, es la relación entre el suicidio y nuestra biología. Este artículo intenta explorar cómo la biología puede influir en nuestras conductas suicidas y cómo este conocimiento puede mejorar nuestras estrategias para la prevención del suicidio. El suicidio puede afectar a personas de todas las edades y antecedentes. Es impulsado por una compleja interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. El sufrimiento emocional, las enfermedades mentales, los traumas de la infancia o la adolescencia, el estrés postraumático en general, los duelos, el abuso de sustancias y las crisis vitales son algunos de los factores de riesgo más comunes. Sin embargo, la evolución biológica nos ofrece una perspectiva adicional: Por empezar ¿por qué los seres humanos desarrollarían un impulso hacia el suicidio? ¿Cómo es que adquirimos y conservamos como especie esa opción? Estas preguntas han desconcertado a biólogos evolucionistas. Se supone que la selección natural elegiría solo aquellas características y conductas que promuevan la conservación de la especie, y las conductas suicidas no parecieran ir en esa dirección. Desde una perspectiva evolutiva, algunos investigadores sugieren que los comportamientos suicidas pueden haber tenido funciones adaptativas en contextos primitivos. En un escenario de recursos limitados, el sacrificio de algunos podría haber protegido a los otros miembros del grupo. De esta manera, la disposición a terminar con la propia vida podría haber sido útil como una forma de preservación del grupo. Esta hipótesis concuerda con el sentimiento de inutilidad o carga para sus seres queridos que padecen muchas personas con pensamientos suicidas y también con el paulatino alejamiento de sus grupos de pertenencia que suelen manifestar. En el contexto moderno, estos comportamientos han perdido su función adaptativa. La supervivencia de un grupo humano ya no requiere ni depende del sacrificio de algunos de sus miembros como pudo haber ocurrido en los escenarios primitivos. Sin embargo, los cambios evolutivos, que se producen en cientos de miles de años, suelen ser muy lentos en comparación con los rápidos cambios culturales, sociales y tecnológicos. La evolución no nos ha provisto con las herramientas necesarias para lidiar con las complejidades de la vida contemporánea, incluido el aislamiento social y el estrés. La discordancia entre nuestros instintos evolutivos y las exigencias del mundo moderno podría contribuir a la incidencia del suicidio. Desde el punto de vista biológico, las investigaciones han demostrado que la genética y la neurobiología juegan un papel crítico como factores de riesgo de la conducta suicida. Ciertos neurotransmisores, como la serotonina, se han asociado con el bienestar emocional y el comportamiento suicida. Además, condiciones psiquiátricas como la depresión y la ansiedad a menudo tienen componentes genéticos, lo que indica que algunas personas pueden estar más predispuestas a experimentar pensamientos suicidas. Comprender el suicidio desde una perspectiva evolutiva y biológica no significa desestimar la importancia del apoyo social, la empatía y el tratamiento de la salud mental. Por el contrario, puede ofrecernos argumentos para cambiar algunos de nuestras conductas sociales en favor de la prevención del suicidio. En función del conocimiento evolutivo, por ejemplo, podemos confrontar nuestra percepción de inutilidad o carga y también nuestra tendencia al aislamiento cuando estamos deprimidos. En la medida en que aceptemos que estos sentimientos provienen de una interpretación arcaica de la realidad que quedó grabada en nuestros genes desde las épocas primitivas podremos reconocer su disfuncionalidad para el mundo contemporáneo y así evitar que se expresen en conductas. También podemos contrarrestar la discordancia entre la vida que llevamos y nuestras tendencias ancestrales mediante acciones muy simples. No se trata de volver a la época de las cavernas, pero sí podemos admitir que no estamos preparados para una vida solitaria. La tecnología debería servirnos para generar mayor interacción social, no para aislarnos más. Por ejemplo, los grupos de ayuda mutua a los que hoy se puede acceder por videoconferencia sirven para generar ese sentido de pertenencia tan necesario para nuestra salud mental que era habitual en épocas prehistóricas y que se está perdiendo en la modernidad. Por último, el prejuicio que pesa sobre las enfermedades mentales, llegando incluso a “acusar” a los afectados por su propio padecimiento, podría ser abandonado si fuéramos conscientes de que en las enfermedades mentales siempre hay algún componente biológico que no depende de la voluntad o la intención del paciente, por lo que deberían tratarse son la misma tolerancia y compasión que es más frecuente en las enfermedades físicas. Ver también: Dejanos tu Testimonio de superación en relación al suicidio   Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio   Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG   Brindar Asistencia Primaria a Personas en Crisis con Posibles Pensamientos Suicidas

  • Prevención del suicidio en la tercera edad

    A menudo, los adultos mayores enfrentan desafíos únicos como el aislamiento social, problemas de salud crónicos, duelo por la pérdida de seres queridos o cambios en su rol familiar y social. Reconocer estos factores de riesgo y brindar apoyo puede marcar una gran diferencia en sus vidas. Aquí resumiremos algunas propuestas para prevenir el suicidio en este grupo etario y fomentar un envejecimiento más saludable y pleno. 1- Reconocer las señales de alerta Es fundamental estar atentos a posibles señales que indiquen que un adulto mayor puede estar en riesgo: Comentarios relacionados con la desesperanza o el temor o certeza de "ser una carga". Cambios drásticos en el estado de ánimo o el comportamiento. Pérdida de interés en actividades que solían disfrutar. Aislamiento social o desconexión de amigos y familiares. Detectar estas señales tempranamente puede abrir la puerta a una intervención efectiva. 2- Acompañar de manera efectiva El apoyo emocional y la interacción social son los pilares fundamentales en la prevención del suicidio en la tercera edad. Algunas estrategias útiles incluyen: Mantener conexiones regulares: Visitar a los adultos mayores o mantener contacto telefónico frecuente. Fomentar la participación: Animarlos a formar parte de actividades comunitarias, clubes o grupos de apoyo. La familia, los amigos y las comunidades locales tienen un rol esencial construyendo redes de apoyo sólidas y accesibles. 3- Buscar ayuda A menudo, los problemas de salud mental en la tercera edad, como la depresión o la ansiedad, no se diagnostican ni se tratan adecuadamente. Es frecuente que se ignore los síntomas con la excusa de que “son cosas de la edad”. Sin embargo, estos trastornos, que por otra parte son muy frecuentes en la tercera edad, se vuelven especialmente peligrosos. Por eso, ante la duda es importante: Buscar ayuda profesional: Los psicólogos y psiquiatras especializados en adultos mayores pueden ofrecer terapias efectivas. Realizar chequeos regulares: Las visitas al médico pueden identificar problemas de salud subyacentes que afecten su bienestar emocional. Considerar la medicación: En algunos casos, los antidepresivos o tratamientos específicos pueden ser necesarios, siempre bajo supervisión médica. 4- Promover el sentido de propósito y pertenencia Ayudar a los adultos mayores a sentirse valiosos y necesarios puede tener un impacto positivo en su salud mental. Esto puede lograrse mediante: Voluntariados. Proyectos creativos como pintura, escritura o jardinería. Especialmente cuando se realizan en grupo. Talleres o cursos de idiomas, computación, etc. La prevención del suicidio en la tercera edad requiere empatía, comunicación y compromiso colectivo. Todos podemos desempeñar un papel activo en garantizar que nuestros mayores se sientan acompañados, queridos y comprendidos. Al cuidar de ellos, también enriquecemos nuestras propias vidas y fortalecemos los lazos intergeneracionales. Ver también: Dejanos tu Testimonio de superación en relación al suicidio   Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio   Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG   Brindar Asistencia Primaria a Personas en Crisis con Posibles Pensamientos Suicidas

  • ¿Qué es Hablemos de Suicidio ONG?

    "Hablemos de Suicidio" es una organización no gubernamental (ONG) dedicada a la prevención del suicidio, la promoción de la salud mental y a la creación de espacios abiertos, empáticos, contenedores y libres de juicios para que todo aquel que necesite hablar sobre lo que le pasa o lo que siente en relación al drama del suicidio encuentre un lugar donde pueda hacerlo sintiéndose escuchado, contenido y acompañado. Nuestra misión principal es crear conciencia sobre la problemática del suicidio y ofrecer apoyo a las personas que están atravesando crisis emocionales o pensamientos suicidas, transitando un duelo por suicidio o la preocupación por un ser querido con pensamientos suicidas. Sin embargo, nuestro objetivo a largo plazo es vencer ese tabú , tan instalado en la comunidad, que nos impide hablar sobre el suicidio, la salud mental o nuestros problemas emocionales, y, de esta forma, lograr que los espacios de escucha abierta, empática, contenedora y libres de juicios se multipliquen incluyendo a las familias, las comunidades educativas, los lugares de trabajo y todos los sitios donde desarrollamos nuestras tareas cotidianas. Los principios que rigen nuestra tarea son la escucha activa y la ayuda mutua. Desde la Escucha Activa nos esforzamos por aprender y entrenar las habilidades de escucha necesarias para nuestra tarea, para ello la asociación cuenta con un Programa de Formación Permanente para sus voluntarios y, además, en nuestros Grupos de Ayuda Mutua se practican permanentemente estas habilidades para que todos los participantes puedan internalizarlas. La Ayuda Mutua heredada de otros programas más antiguos como Alcohólicos Anónimos, nos enseña que todos somos pares frente al sufrimiento. Por eso, en nuestros Grupos de Ayuda Mutua no hay una palabra más autorizada que otra. No damos consejos ni aportamos soluciones facilistas a las complejos vicisitudes de la existencia humana. Nuestra tarea como voluntarios es brindar escucha, contención y acompañamiento, y solo a eso nos abocamos, por lo que solo hablamos desde nuestra propia experiencia como el resto de los participantes. Nuestro enfoque se basa en la idea de que la prevención del suicidio es un esfuerzo colectivo que involucra a toda la comunidad. Al fomentar una cultura de diálogo abierto sobre el suicidio y la salud mental, buscamos promover condiciones que permitan a las personas sentirse cómodas al hablar sobre sus luchas y buscar ayuda. Este es nuestro aporte a la construcción de una sociedad más empática y consciente de la salud mental. Si deseas más información sobre esta Hablemos de Suicidio ONG, te recomendamos visitar nuestro sitio web oficial . Ver también: Nuestros comienzos Nuestra acción comunitaria Sumate al voluntariado en Hablemos de Suicidio ONG

  • Después de un intento de suicidio: Caminos hacia la recuperación

    El camino de la vida puede ser complicado y, a veces, las sombras parecen abrumadoras. Un intento de suicidio es un momento crítico y doloroso en la vida de una persona, tanto para el individuo como para su entorno. La recuperación después de este tipo de crisis no solo es posible, sino que también puede llevar a una nueva comprensión de uno mismo y del valor de la vida. Aquí exploraremos algunos pasos importantes y consideraciones para quienes han pasado por esta experiencia. 1. Buscar ayuda profesional La primera y más crucial etapa después de un intento de suicidio es buscar apoyo profesional. Esto puede implicar terapia psicológica o psiquiátrica, donde los profesionales capacitados pueden ayudarte a entender las raíces del sufrimiento emocional y desarrollar estrategias efectivas para afrontar los desafíos. 2. Construir una red de apoyo Rodearte con personas que te apoyen es fundamental. Habla con amigos cercanos o familiares sobre tu experiencia si te sientes cómodo haciéndolo. Grupos locales o en línea centrados en la salud mental pueden ofrecerte un espacio seguro donde compartir tus sentimientos sin juicio. Los grupos de ayuda mutua son especialmente efectivos porque quienes participan en ellos ya pasaron por situaciones similares por lo que pueden entenderte de otro modo. Consulte por nuestros Grupos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio 3. Establecer una rutina diaria La estructura puede ser reconfortante durante tiempos difíciles. Establecer una rutina diaria sencilla —incluyendo horarios regulares para comer, dormir y actividades— puede ayudar a restaurar cierta normalidad en tu vida mientras trabajas en tu recuperación. 4. Practicar el Autocuidado Dedica tiempo cada día a cuidar tanto tu cuerpo como tu mente. Esto incluye dormir lo suficiente, alimentarte bien, hacer ejercicio regularmente y practicar técnicas relajantes como yoga o meditación. Estas prácticas pueden ayudarte a reducir el estrés, mejorar tu bienestar general y construir un nuevo compromiso con la vida. 5. Identificar circunstancias complicadas. Reconocer situaciones o emociones que puedan desencadenar pensamientos negativos es esencial para mantenerte seguro durante el proceso recuperación. Llevar un diario emocional podría ser útil; al escribir sobre tus sentimientos puedes identificar patrones e iniciar conversaciones significativas con terapeutas sobre cómo manejarlos adecuadamente. También puede ayudarte a identificar lo que ya no querés en tu nueva vida. 6. Fijar Metas Pequeñas pero Alcanzables La recuperación no sucede por arte de magia; toma tiempo e esfuerzo constante aplicar cambios positivos en tu vida diaria. Fijar metas pequeñas, como salir a caminar todos los días o leer un libro nuevo, puede proporcionarte motivación mientras avanzas hacia objetivos más grandes con el tiempo. 7. Ser compasivo con uno mismo Es absolutamente normal sentir confusión, dolor o incluso culpa después de un intento de suicidio; recuerda que estos son sentimientos comunes entre quienes han vivido experiencias similares. Permítete sentir estas emociones sin juzgarte. Cada paso hacia adelante cuenta, celebra tus logros pequeños! Conclusión Recordar que un intento de suicidio no es un punto final, es un nuevo comienzo. Tu historia sigue escribiéndose cada día. Ver también: Dejanos tu Testimonio de superación en relación al suicidio   Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio   Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG   Brindar Asistencia Primaria a Personas en Crisis con Posibles Pensamientos Suicidas

  • Invitación al ciclo de charlas sobre Prevención del Suicidio de FAHdeA

    Desde Hablemos de Suicidio nos complace colaborar con la difusión del Ciclo de Charlas "FAHdeA | Hablemos de Prevención del Suicidio" organizadas por el equipo de Prevención del Suicidio de la Fundación Ayuda Humanística de Argentina (FAHdeA). Este ciclo propone cuatro charlas gratuitas por Zoom, los segundos viernes de cada mes a las 19 h, comenzando el próximo viernes 11 de julio de 2025. El objetivo es visibilizar esta problemática que atraviesa silenciosamente a muchas personas, ofrecer herramientas para actuar ante posibles señales de peligro, y generar una cultura del cuidado, la escucha y la prevención. Charlas del ciclo: Hablando de Suicidio Derribando Mitos Construyendo Puentes Transitando el Sufrimiento Además, los terceros viernes (una semana después de cada charla), se abrirá un conversatorio libre y gratuito donde podrán compartir inquietudes, sugerencias y preguntas, incluso de forma anónima, a través de un canal de comunicación especialmente habilitado. 🌱 Porque a todos nos puede pasar, y todos podemos ser agentes de prevención. El equipo está conformado por cuatro profesionales Counselors y un Operador Gestáltico con formación y experiencia en el acompañamiento emocional. 💬 No hace falta formación previa, solo el compromiso de escuchar con el corazón, sin juzgar. 📅 Primera charla: viernes 11 de julio – 19 h (por Zoom) INFORMES E INSCRIPCIÓN : actividades@fahdea.org.ar Esperamos contar con su presencia, Equipo de Prevención del Suicidio

  • El Papel de la Prevención del Suicidio Frente a la Legislación de Suicidio Asistido

    En los últimos años, el debate sobre el suicidio asistido ha ganado prominencia en muchos países, planteando preguntas complejas sobre la libertad individual. Mientras algunos abogan por el derecho a morir con dignidad, otros resaltan la importancia de las estrategias de prevención del suicidio. Sin embargo, ambas posturas no son necesariamente excluyentes. Escuchar los argumentos de cada parte puede ayudarnos a clarificar nuestras propias ideas. El suicidio asistido implica proporcionar a una persona que está sufriendo terminalmente, o con condiciones incurables que deterioran severamente su calidad de vida, los medios para poner fin a su propia vida, generalmente con fármacos prescriptos por un médico. Los defensores argumentan que esto permite una muerte digna y alivia el sufrimiento extremo. En nuestro país no hay una ley de suicidio asistido pero la "Ley de Derechos del Paciente", en algunos de sus artículos, proporciona fundamentos legales para acortar el sufrimiento del paciente por lo que para algunos es una ley de suicidio asistido encubierta. En ambos casos se plantea la duda sobre si quienes deciden aliviar su sufrimiento al precio de acortar su vida están en condiciones psicológicas para tomar esa decisión. En el otro extremo se argumenta que las condiciones son las que hay, pero, aún así, nadie más que el paciente tiene el derecho de decidir cuánto sufrimiento es tolerable. Quienes trabajamos en prevención del suicidio sabemos que, con independencia de que exista una enfermedad terminal o no, el suicidio siempre es una decisión tomada en circunstancias muy desfavorables en la que el sujeto no está en condiciones de poder evaluar alternativas. Sin embargo, también sabemos que no es lo más efectivo tratar de impedir suicidios forzando a las personas para que no puedan atentar contra su vida. La tarea de la prevención del suicidio, en todos los casos, no es tanto evitar que las personas se maten sino incentivarlas para que quieran vivir. No se trata de poner obstáculos sino de ofrecer recursos, alternativas y propósitos. En este sentido, luchar contra una Ley de suicidio asistido o una ley de muerte digna, resulta secundario. Ambos encuadres legales requieren de la voluntad del paciente para llevarse a la práctica, esto deja un terreno muy amplio para trabajar en prevención del suicidio antes de que una enfermedad terminal o cualquier otra situación límite se presente. Desde la prevención del suicidio podemos: -Promover Intervenciones Tempranas: La identificación temprana de problemas emocionales o mentales puede permitir intervenciones antes de que las personas alcancen momentos desesperados. -Promover el Acceso a sistemas de Apoyo: Como los sistemas de ayuda personal o los Grupos de Ayuda Mutua . -Promover la Formación Comunitaria en Prevención del Suicidio: Capacitar tanto a profesionales como al público general acerca del bienestar emocional puede desestigmatizar los problemas mentales e incentivar conversaciones abiertas sobre salud mental. Si las personas que llegan a la desgraciada situación de padecer una enfermedad terminal con sufrimiento físico y/o deterioro importante de su calidad de vida tuvieran la oportunidad previa de adquirir recursos emocionales para afrontar situaciones difíciles, seguramente podrán tomar una mejor decisión dentro de la legislación vigente en cada país. Nuestra tarea desde la prevención del suicidio no es cuestionar estas legislaciones sino dotar al mayor número posible de personas de esos recursos. Por supuesto, respetando la decisión de cada paciente. Ver también: Conocer y Promover los Factores Protectores de la Conducta Suicida El Proceso Suicida y las múltiples oportunidades de prevenir Sumate al Voluntariado de Hablemos de Suicidio ONG

  • Prevención del Suicidio en la Infancia

    La infancia es una etapa fundamental en el desarrollo humano, repleta de descubrimientos, aprendizajes y, desafortunadamente, de desafíos emocionales y traumas que pueden afectar profundamente a los niños. Aunque el suicidio pueda parecer un concepto lejano cuando se habla de infancia, la realidad es que los suicidios infantiles son cada vez más frecuentes y que los traumas no resueltos de la infancia son un factor de riesgo para la conducta suicida a cualquier edad. Por eso, la prevención del suicidio en la infancia es un asunto que requiere formación, empatía y acción por parte de todos. El suicidio en la infancia, aunque menos común que entre adolescentes o adultos, no es un fenómeno aislado. Factores como el bullying, la violencia familiar, el abuso sexual en la infancia, la ausencia parental, el aislamiento social, problemas de salud mental no tratados y trastornos del desarrollo pueden contribuir a que un niño sienta que no hay salida a su sufrimiento. En muchos casos, estos pequeños no tienen las herramientas necesarias para expresar su dolor ni para buscar alternativas y, contrariamente a lo que solía creerse, sí tienen el desarrollo cognitivo necesario para imaginar su muerte por suicidio como vía de escape a su sufrimiento. Es importante que padres, maestros y cuidadores estén atentos a las señales que un niño pueda estar mostrando. Algunas de las señales de alerta pueden incluir: -Cambios drásticos en el comportamiento, como una repentina agresividad o un notable retiro social. -Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba. -Cambios en el rendimiento escolar. -Expresiones de desesperanza o de sentirse una carga. -Menciones directas o indirectas al suicidio o autolesiones. Reconocer estas señales puede ser el primer paso hacia la intervención y el apoyo fomentando un ambiente seguro, abierto y contenedor donde el niño pueda expresar lo que siente sin temor a ser juzgado. Sin embargo, como siempre decimos, estas señales pueden no estar presentes, no ser claras o por cualquier otro motivo no ser detectadas por los adultos cercanos, por lo que ese ambiente seguro, abierto y contenedor debería estar siempre disponible para todos los niños y niñas, independientemente de que hayamos notado señales de advertencia. La comunicación abierta es esencial en la prevención del suicidio. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar: Fomentar el diálogo: Crear un espacio seguro donde los niños se sientan cómodos hablando sobre sus sentimientos. Pregunte regularmente cómo se sienten y hágales saber que está bien expresar emociones, sin miedo a ser juzgados. Validar sus sentimientos: Asegúrese de que los niños comprendan que lo que sienten es válido. A menudo, los niños pueden sentirse incomprendidos; al validarlo, se les brinda una gran comodidad. Por ejemplo, si un niño dice sentirse triste por haber perdido un juguete muy querido para él y le decimos "No es nada, ya va a pasar" no estamos validando lo que siente y le estamos enseñando a ocultar sus sentimientos. En cambio si le decimos "Me imagino cómo te sentís" y hablamos del tema, por ejemplo compartiendo anécdotas en que nosotros mismos estuvimos tristes por haber perdido algo, sentirá que sus sentimientos son válidos y estará dispuesto a hablar de ellos en otras oportunidades, Educar sobre la bienestar emocional: Introducir a los niños conceptos básicos sobre la bienestar emocional puede ayudarles a reconocer sus propios sentimientos y los de otros. Explorar libros y recursos adecuados para su edad es un buen punto de partida. Fomentar la resiliencia: Ayudar a los niños a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia puede ser crucial. En esto el ejemplo es importante. Muchos padres creen que deben ocultarles a los niños sus problemas, sus angustias y sus preocupaciones para que nada de esto se le "contagie" a los niños, sin embargo, los niños no necesitan ver a sus padres eternamente felices, pero sí necesitan verlos luchar por estar mejor. Es este ejemplo lo que les servirá a ellos mismos cuando enfrenten las vicisitudes de su propia vida. Más allá de la familia, es fundamental que las escuelas y la comunidad en general se involucren en la prevención del suicidio en la infancia. Capacitar a los educadores en identificación de riesgos y intervención temprana puede salvar vidas. Programas de concienciación y talleres para padres y cuidadores pueden ser herramientas valiosas para construir un entorno más comprensivo. Y por último, si los adultos notan signos preocupantes, es importante buscar ayuda profesional. Psicólogos, psiquiatras y psicopedagogos son recursos valiosos para proporcionar la atención y el apoyo necesarios. Nunca es tarde para buscar intervención, y un profesional puede ayudar tanto al niño como a la familia a transitar estos difíciles momentos. Ver también Grupos Gratuitos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio Prevención Comunitaria del Suicidio Escucha Activa en temas relacionados con el Suicidio

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