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Asistencia Primaria Después de un Intento de Suicidio

 

El impacto de descubrir que alguien cercano ha intentado quitarse la vida es abrumador. Nos enfrentamos a emociones complejas y a la necesidad urgente de actuar y apoyar de la mejor manera posible. Pero, ¿Cuál es la mejor manera? Por supuesto que cada caso es diferente y, muchas veces, es difícil saber si lo que estamos haciendo realmente ayuda. Por eso aquí solo podemos citar algunas estrategias que ayudaron a otros en este camino de recuperación que deben emprender juntos los sobrevivientes de un intento de suicidio y sus seres queridos.

 

Escucha activa y comprensión

 

En momentos como estos, la escucha genuina y sin juicios es fundamental. Generar los espacios y momentos de intimidad para que los sobrevivientes puedan hablar sobre lo que están sintiendo, sin tratar de ofrecer soluciones inmediatas. Los sobrevivientes solo necesitan ser y sentirse escuchados, pero debemos entender que un intento de suicidio genera mucha vergüenza por lo que hablar puede resultar muy difícil para ellos. Por eso debemos ser pacientes, no presionarlos. Tan solo asegurarnos de que ellos sepan que estamos disponibles.

 

Ofrecer nuestra presencia

 

Más allá de las palabras, la presencia física y emocional puede ser reconfortante. Estar ahí, incluso en silencio, muestra nuestro apoyo y disposición para ayudar en lo que sea necesario. Es importante dedicarles tiempo en cantidad y calidad a los sobrevivientes de un intento de suicidio. No contradecirlos, no discutir, no presionar, solo estar y mostrar nuestra disposición para escuchar y ayudar sin que el sobreviviente se sienta vigilado o invadido en su intimidad.

 

Buscar ayuda profesional

 

Sería ideal que el sobreviviente de un intento de suicidio reciba ayuda profesional durante el tiempo que amerite su condición después de un suceso tan grave. Los seres queridos podemos sugerir, proponer y facilitar el acceso para que esta ayuda se haga efectiva, pero la decisión debe ser del afectado. Presionarlo en este sentido suele ser contraproducente. En caso de que el sobreviviente no acceda a recibir ayuda profesional, de todos modos, los familiares o amigos pueden hacer una consulta para acordar con el profesional las estrategias de afrontamiento de una situación tan compleja.

 

Educar para eliminar prejuicios

 

Los sobrevivientes de un intento de suicidio, tarde o temprano tendrán que retomar sus tareas cotidianas y enfrentarse a la mirada de propios y ajenos. Este paso, que debería ser sencillo, lamentablemente se hace muy difícil a causa del estigma social y el tabú que pesa sobre el suicidio, la enfermedad mental y los problemas emocionales. Debemos recordar que el pensamiento suicida e incluso el intento de suicidio son experiencias que nos pueden tocar a todos en determinadas circunstancias, no indican que la persona esté loca, ni que sea emocionalmente inestable, solo que transitó una situación que lo desbordó y no supo manejar, por eso debe ser tratado con naturalidad, como tratamos a todas las demás personas. Sería bueno charlar sobre esto en nuestro círculo íntimo. Sería mucho mejor que todas las personas pudieran entender estas cuestiones. Sin embargo, sabemos que el estigma social aún es muy profundo, por eso es importante preservar la intimidad del afectado y dejar que él mismo cuente lo sucedido solo a las personas que considere pertinente.

Conservar la paciencia

 

La recuperación no suele ser ni lineal ni rápida. Las personas que sobrevivieron a un intento de suicidio, además de la ayuda profesional, necesitan el acompañamiento de sus seres queridos por mucho tiempo. Algunas veces parecerá que vuelven a caer y eso puede preocuparnos y frustrarnos. Saber que estas idas y vueltas son frecuentes en un proceso de recuperación podrá ayudarnos a verlo en perspectiva.

Armar una red de contención

 

Es importante mantener un contacto frecuente de modo que el sobreviviente del intento de suicidio se sienta acompañado. Para que esta tarea no resulte agotadora es importante contar con la colaboración de otros familiares o amigos. También es importante que el afectado cuente con un contacto directo con su profesional tratante y que tenga a mano servicios comunitarios de asistencia en crisis. Nuestros Grupos de Ayuda Mutua para personas afectadas por el drama del Suicidio también pueden ser útiles como parte de esta red.

 

Cuidar al que cuida

 

Apoyar a alguien después de un intento de suicidio es siempre una tarea de hondo impacto emocional. Pero si además existen lazos afectivos y una historia en común podría afectarnos mucho más. El antídoto siempre es la palabra. Puede ser con otro amigo o familiar que sepa escucharnos, pero en algunos casos será necesario que los cuidadores cuenten con su propio espacio terapéutico.

Acompañar a un ser querido después de un intento de suicidio requiere de mucho amor, paciencia y compromiso. Sin duda es una tarea difícil, pero debemos saber que son muchos los que después de haber transitado un intento de suicidio se recuperan y llevan vidas felices y colmadas de propósito y sentido. Nuestro ser querido también puede lograrlo.

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