Era una tarde del año 2006, yo tenÃa 29 años y sucedió algo en mi entorno familiar que significó un antes y un después. Mi padre habÃa sido diagnosticado de una ceguera paulatina a causa del glaucoma. El diagnóstico se llevó a cabo en mi presencia y dicho con mucha ética profesional, pero mi padre lo tomó de otro modo diferente. Al cabo de unos dÃas preparó minuciosamente cada detalle, casi sigilosamente. Siendo cerca de las 14.30 hs, al oÃr un ruido fui al sector trasero de la casa y lo encontré. Se habÃa quitado la vida. Hoy por hoy me pregunto cómo no intui el proceso de lo que acontecÃa.Â
Si bien trabajaba en salud, no tenia acceso a nada relacionado a grupos, entidades u ong sobre suicidio, en ese momento trabajaba en un centro de referencia de la UBA y me aboque a tener fuerzas para trabajar. Busqué un psicólogo, me tomé un descanso y me fui a BahÃa Blanca. Después de cierto tiempo conocà a una referente allÃ. Alguien que hacÃa cierto tiempo habÃa perdido a su hijo a la edad de 14 años y viajaba por el sur ofreciendo charlas. Recuerdo la institución como "manos unidas por la paz". Con ella empecé un tránsito que me sirvió para saber que no era un acto único o aislado, pero solo participaba, quede como anestesiado. Hasta que un dia por medio de una publicación descubrà una ong que brindaba una charla e invitaba a participar, se llama " Hablemos de Suicidio", allà pude interactuar. Me ayudó a conectarme con personas que tras el hecho me depositaron su confianza y empecé a soltar, sigo desorganizado y con ganas de integrarme a los grupos. Lentamente me acomodo en las ideas. Hoy puedo expresarlo y hablar. Por eso gracias.
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