top of page

Cultivar el amor a uno mismo para prevenir el suicidio

Cultivar el amor a uno mismo para prevenir el suicidio

Después de escuchar muchos relatos de personas con pensamientos suicidas , algunas de ellas sobrevivientes de intentos de suicidio, encuentro algo en común en todos ellos: Ninguna de esas personas se quería lo suficiente a sí misma. Lo digo por la forma en que cada una de ellas hablaba de sí misma. El amor, y también el odio, se trasluce en el discurso. Por ejemplo, cuando una madre que ama a su hijo, se refiere a él, siempre lo hará con palabras suaves, cuidadas y cariñosas, aún cuando tuviera que hablar de las faltas que su hijo cometió lo haría de forma indulgente, incluso justificando en exceso sus acciones. Casi con seguridad olvidará mencionar defectos de su hijo, o si se viera obligada a referirlos lo haría minimizándolos; en cambio, nunca olvidaría sus virtudes y hablaría de ellas con notoria admiración y algo de exageración. El amor de esta madre hacia su hijo, como dije, se notaría en su discurso. Si su hijo la escuchara no le costaría mucho sentirse amado. Sin embargo, muy pocas personas hablan con esas muestras de amor tan evidentes de sí mismas, y mucho menos las personas con pensamientos suicidas. Solemos ser los jueces más implacables con nosotros mismos: Nos agredimos, nos denigramos, nos hacemos responsables de cosas que están fuera de nuestro control, nos acusamos, nos condenamos y nos castigamos con angustia auto infringida.


Y no hablo aquí de autoestima, “Estima” es una palabra demasiado tibia para hablar de afecto. Estima es sinónimo de valoración. Puedo estimar a un profesor por sus conocimientos o a un actor por su talento. Amar es otra cosa. Amamos, por ejemplo a nuestros hijos, no por sus virtudes, los amamos como son, tengan o no virtudes. Por eso, la autoestima está muy bien, porque a partir de ella podemos comenzar a confiar en nuestras capacidades. Pero lo que realmente necesitamos es auto amor. Amarnos a nosotros mismos independientemente de nuestras capacidades, como una madre amorosa amaría a su hijo.


Yo mismo transité ese camino y se que no es fácil: nuestro crítico interno saldrá al cruce a cada paso. No se trata de pararnos frente al espejo y decirnos a nosotros mismos que nos amamos, que valoramos nuestros esfuerzos por ser mejores personas; eso no es suficiente. Muchas personas que aprendieron a amarse a sí mismas lo hicieron en su infancia desde el discurso y las acciones de sus padres. Los que no tuvimos esa suerte, ahora somos, cada uno de nosotros, los adultos responsables de cuidarnos. Deberíamos prestar más atención a nuestros pensamientos y nuestras palabras, hasta que hablemos de nosotros mismos, incluso en la intimidad de nuestro diálogo interior, amorosamente, como una madre amorosa hablaría de su hijo. Al principio sonará raro, como forzado, pero con el tiempo se hará hábito.


Así fue cómo aprendí a amarme a mi mismo, a darme ese amor que mis padres no supieron, no pudieron o no quisieron darme. Así fue como pude dejar atrás mis pensamientos suicidas. Hoy estoy seguro de que nadie que se ame a si mismo lo suficiente pensaría en el suicidio como una alternativa.


Ver también:





Comentarios


bottom of page