
Los que hemos sufrido pensamientos suicidas profundos y recurrentes, sabemos que ese es un lugar desde donde es difícil salir: Uno se encuentra solo frente a un sufrimiento que parece insoportable y suele ser acompañado con la percepción de que no hay alternativas, por lo que ese sufrimiento durará para siempre, con el agravante de que solemos sentir que a nadie le importa lo que nos pasa o que nadie puede ayudarnos. Sin embargo, los que hemos sobrevivido a este padecimiento, que por suerte somos la gran mayoría entre quienes lo sufrimos, sabemos que muchas de estas percepciones son erróneas, que tenemos, y tuvimos siempre, muchos recursos propios que, bien empleados, pueden ayudarnos a salir. El simple hecho de que estemos vivos es prueba de que el pensamiento suicida puede ser superado. Aquí comparto algunos recursos que a mi o a otros sobrevivientes nos sirvieron.
1- Aceptar la realidad: Por duro que pueda parecer, siempre el primer paso para mejorar es reconocer el problema, aceptar lo que nos pasa y lo que sentimos al respecto. No importa lo grave que sea, siempre podremos cambiar aquello que se puede cambiar o aceptar aquello que no se puede cambiar. Siempre podremos modificar nuestra realidad o al menos la forma en que la vemos, pero el primer paso para el cambio es el momento actual. Reconocer nuestra situación y cómo nos sentimos al respecto. Esto es algo que todos podemos hacer.
2- Buscar ayuda: No es verdad que a nadie le importe lo que nos pasa. En este mundo hay mucho egoísmo pero también hay mucha gente de buen corazón, es solo cuestión de ponerse a buscarla. Tal vez estén más cerca de lo que pensamos y simplemente no saben lo que nos pasa porque nunca se lo contamos. Si no tenemos un familiar o amigo de confianza podemos recurrir a un profesional de la salud mental, un sacerdote o una institución donde voluntarios brindan asistencia a personas con pensamiento suicida. En nuestra web figuran algunas opciones o también está nuestro propio sistema de ayuda personal y nuestros grupos de ayuda mutua para personas con pensamientos suicidas
3- Practicar el autocuidado: Las personas que hemos pensado en el suicidio casi siempre lo hicimos en medio de una crisis de autoestima. Pasar del pensamiento suicida a una vida plena requiere cambiar radicalmente esa percepción de uno mismo. Reconocernos como seres valiosos y como tales cuidar de nosotros mismos en lo físico y en lo emocional. Practicar una alimentación saludable, realizar los chequeos o tratamientos médicos necesarios, dedicar tiempo al ocio y a actividades placenteras y especialmente, cuidar nuestro entorno social: familia, amigos o compañeros. Somos seres sociales y solo en comunidad podemos desarrollarnos plenamente y colmar nuestras vidas de sentido.
4- Explorar nuestra creatividad artística: Muchas personas afectadas por pensamientos suicidas reconocen que aún en las etapas más oscuras de su proceso de recuperación el arte fue un recurso para expresar todo eso que no podían decir y un refugio donde sentirse a salvo. Algunos escriben poesía o relatos, otros pintan, hacen esculturas o tocan música, y los que no se animan leen, contemplan o escuchan las obras de otros. El arte siempre fue un recurso invalorable para lidiar con nuestras angustias o nuestros fantasmas y algunos aún no lo han explorado.
5- Reconocer nuestra capacidad de resiliencia: Todos hemos tenido en el pasado situaciones difíciles que hemos podido superar o al menos aceptar. Esas experiencias deberían servirnos de guía y testimonio para saber que tenemos esa capacidad de reponernos frente a la adversidad. Recordarlas puede servir de apoyo interno para afrontar nuevas vicisitudes de la vida.
Todos estos recursos internos que muchos pudimos reconocer en nuestros propios procesos de recuperación no invalidan otros recursos que nos puedan brindar. La ayuda profesional siempre es recomendable cuando aparecen pensamientos suicidas. Sin embargo, los que estuvimos ahí sabemos que aunque muchos nos pueden ayudar a caminar, cada paso, del primero al último, debemos darlo nosotros mismos. Reconocer y valorar nuestros recursos internos puede incentivarnos en ese camino.
Ver también:
Comments