Hace 10 años que soy voluntario en diferentes asociaciones para la prevención del suicidio. O en realidad más, porque antes de eso asistí a un grupo de ayuda mutua sobre pensamiento suicida (que es otra forma de ser voluntario ya que en los grupos nos ayudamos unos a otros). Durante todo este tiempo hubo varios momentos en que me hice preguntas como: ¿Por qué hago esto? ¿Por qué trabajo varias horas a la semana con más dedicación y compromiso que en mi verdadero trabajo sin recibir una remuneración a cambio? ¿Por qué no dedico ese tiempo a estar más con mis seres queridos o a mirar televisión? ¿Por qué lo hacen mis compañeros?
Nunca tuve una respuesta completamente satisfactoria.
En un tiempo me decía que soy voluntario porque me gusta ayudar a los demás. En parte puede ser cierto. Siento una satisfacción enorme cuando descubro que algo de lo que hago alivia el sufrimiento de otro. Sin embargo, hay personas mucho más generosas que yo que no sienten la necesidad de participar en un voluntariado, y mucho menos sobre un tema tan difícil como la prevención del suicidio.
Hubo una época en que pensé que era una forma de canalizar la culpa por no haber sabido asistir a mi mamá y evitar que ella muriera a causa de suicidio hace más de 30 años. Y tal vez cuando pensé eso haya sido así: saldar una cuenta o reparar, ayudando a otros, esa falta. Pero creo que ella (o el recuerdo de ella que vive en mi interior) ya me perdonó, y yo también logré perdonarme. Siento que hice en cada momento de mi vida lo mejor que pude o supe; me equivoqué, por supuesto, porque soy humano y porque la experiencia hay que ganarla, pero ya no me culpo por eso.
También pensé que era una forma de sanar y protegerme de mis propios pensamientos suicidas, pero eso quedó atrás y, aunque las heridas del pasado nunca desaparecen por completo, hoy realmente amo la vida y ya no me siento en riesgo.
Creo que la respuesta más sincera que puedo dar hoy, y que tal vez incluya algo de todas las anteriores, es que me hace bien. El encuentro con otras personas desde los sentimientos o desde las experiencias personales es muy real, muy enriquecedor, de algún modo me hace sentir que estoy vivo y que la vida está colmada de sentido. Y creo además que esto que me hace bien a mi podría hacerle bien a otros.
Y ustedes: ¿Por qué hacen esto? ¿Por qué son voluntarios en prevención del suicidio?
Amarnos y amar para poder brindarnos plenamente ayudando a nuestro prójimo, es el amor más grande,
Muchas gracias por compartir! siento parecido con el voluntariado. Desde muy chica (17) ayudaba voluntariamente, recuerdo que mi colegio en mi ciudad natal tenia un proyecto de voluntariado enseñando a escuelas rurales y de poco recursos, en el ultimo año nos ofrecían ser parte en forma voluntaria y elegí hacerlo. Luego, mas grande lo hice en hospitales y desde mi trabajo trabaje y trabajo un tiempo de mi semana en forma ad honorem. Es mi primera vez en lo hago relacionado con la temática del suicidio. También me pregunté varias veces por qué lo hacía, por qué acompañaba a personas con historias de vida muy duras y a personas con enfermedades crónicas y terminales, ya sea que lo haga voluntariamente o no. A parte de mi vocación de ayudar y de la creencia de que mi ayuda podía calmar o contener, ellas me enseñaban a mí una forma diferentte de estar presente en la vida, en la vida de otros y en la mia. Ellas me enseñan a involucrarme mas en mi propia vida. En prevención del suicidio sentí lo mismo y me pregunte lo mismo que comentas, por qué lo hago, la respuesta ahí es más resumida quizas y parecida a lo que comentas. Mi vida tiene más sentido haciéndolo, que no haciéndolo. Espero poder seguir dandole sentido a la vida con esta acción. Lo que pienso es que el sentido de la vida es social y compartido, quizás repercute en lo individual pero lo genero socialmente interactuando con pares y siempre conectando.