Para muchos, el final del año calendario es época propicia para hacer un balance de lo ocurrido durante el año que termina y proyectar los objetivos para el año que está por comenzar. Como asociación joven y en crecimiento dedicada a una cuestión tan importante como la prevención del suicidio, para nosotros, es casi una obligación hacerlo. Más aún siendo este nuestro primer año de actividad, en el cual, sin embargo, ocurrieron muchas cosas positivas.
Pareciera que fue hace mucho tiempo, pero ocurrió en mayo de este año. Solo siete meses atrás nos reunimos tres voluntarios formados en la escucha activa en otras asociaciones para la prevención del suicidio y comenzamos a ensayar esta forma diferente, y novedosa para nosotros, de dar y recibir ayuda desde grupos de ayuda mutua. En siete meses establecimos las bases de nuestro acuerdo de participación, creamos nuestro sitio web, nuestro blog y nuestras redes sociales, recibimos centenares de solicitudes para sumarse a nuestro grupo piloto de ayuda mutua como participantes o como voluntarios, formamos coordinadores que nos permitirán, muy pronto, abrir nuevos grupos de ayuda mutua para personas afectadas por el drama del suicidio, formalizamos legalmente nuestra asociación con un acta constitutiva y un estatuto que ya fueron aprobados por la Inspección General de Justicia, nos inscribimos en la Afip, incorporamos los primeros socios posteriores a la constitución de la asociación, fuimos reconocidos como asociación civil sin fines de lucro por Google Noprofit y Mercado Pago Solidario por lo que podremos acceder a los beneficios de estos programas, y, más importante aún, nuestro servicio a la comunidad comenzó a ser reconocido por otras asociaciones que lo recomiendan.
Si miramos el estado actual de las cosas, aún somos una asociación civil muy pequeña: tenemos pocos socios, pocos voluntarios, poca visibilidad en la web y en otros medios, por lo que por el momento podemos administrar solo un grupo de ayuda mutua. Sin embargo, miramos con orgullo y agradecimiento el camino recorrido, porque en el 2022 logramos sentar las bases que nos permitirán crecer el año próximo.
Lo que queda por delante es crecer en todas las maneras posibles. Necesitamos incorporar más voluntarios, formar más coordinadores, asociar a más personas que se comprometan con el proyecto, lograr más visibilidad en la web y en otros medios, abrir más grupos de ayuda mutua y, principalmente, continuar practicando la escucha activa para brindar un servicio libre y gratuito, de cada vez mejor calidad, a una mayor cantidad de personas afectadas por el drama del suicidio.
Solo nos queda agradecer a todas las personas que nos acompañan en este proyecto, ya sea como socios activos, como aportantes voluntarios, como coordinadores voluntarios o como participantes. A todos ellos gracias por confiar en nosotros y en nuestras ganas de ayudar en esta causa tan noble que es la prevención del suicidio. Juntos podemos operar un cambio en la sociedad, para que este mundo en el que vivimos sea un poco más seguro, un poco más amable y un poco más solidario. Ese es nuestro deseo para el 2023 y para ello seguiremos trabajando.
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