Buscando información para un artículo en Google me topé por casualidad con esta frase de Albert Camus: "La felicidad y el absurdo son hijas de la misma tierra". Quién haya leído a Camus sabe que con "el absurdo" se refería al sinsentido, a esa sensación que conocemos bien los que tuvimos pensamientos suicidas pero a su vez es tan difícil de explicar. Muy lejos de la felicidad. Por eso me llamó la atención la frase: ¿Cómo puede decir "son hijas de la misma tierra"? Pero pensándolo un poco más entendí que sí, y que además es una frase muy esperanzadora. Quienes atravesamos pensamientos suicidas y logramos superarlos, o al menos alejarnos de ellos momentáneamente, sabemos que la felicidad es posible. Qué en esta tierra, la única que conocemos, se pueden cosechar ambos frutos, felicidad y sinsentido. Esto es importante saberlo porque en los momentos de sinsentido solemos escuchar un susurro en nuestra cabeza que nos dice "la felicidad no existe". No deberíamos hacerle caso, no es cierto, debemos saber, aunque no lo podamos experimentar, que la felicidad crece en esta misma tierra donde abunda el sinsentido. Y si me preguntan qué es la felicidad, diría, que es justamente eso: esos momentos en que sentimos que la vida vale la pena, cuando le encontramos un sentido, una razón, un propósito. Todo esto no se puede ver desde el otro lado, desde el lado oscuro de la vida, pero saber que existe y que nunca está demasiado lejos ayuda