Autora Anónima

25 de feb de 20231 min.

El poder de la Fe para superar traumas y prevenir el suicidio

Tengo 52 años, soy encargada de edificio y madre de 3 hijos. Soy la mayor de 9 hermanos con un padre abusivo que se fue cuando tenía 11 años. Mi responsabilidad como mayor fue hacerme cargo de mis hermanos a esa edad. Sumado al trauma del abuso y la necesidad que vivía en su momento comencé con deseos de no querer vivir y a los 14 años tomé unas pastillas que me hicieron sólo dormir. Luego de un tiempo había ideado para cortarme las venas con una Gillette pero no me animé. Así comencé con mis ideas he intentos suicidas.
 

A los 25 años me casé, un poco huyendo de mi casa y de la situación que ahí vivía. Todo comenzó bien hasta que, con el tiempo, él se volvió agresivo y ahí ya tenía a mis hijos mayores. También entonces tomé pastillas para dormir. Esa vez estuve mal por dos días porque me dormí, pero a su vez me planchó y los pensamientos empezaron a ser más frecuentes; pero estaban mis hijos.

Una tía me llevó a una iglesia evangélica y ahí me ayudaron mucho. Tuve mi tercer hijo y mis pensamientos fueron cambiando. Me divorcié hace 10 años, con muchos conflictos, fue muy estresante pero logré salir y no volví a pensar en el suicidio.


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